El director de la Comisión de Derechos Civiles (CDC), Ever Padilla Ruiz, avaló la medida legislativa que prohíbe las terapias de conversión, la cual irá a vistas públicas este miércoles y el viernes según el calendario legislativo.
“Partimos del principio universal de que las personas menores de edad tienen derecho a que se les reconozca, respete y se tutele su dignidad. El respeto por la dignidad de la persona humana comienza por reconocer su existencia, su autonomía y su individualidad. De allí que se le considere inviolable. Se considera el cimiento de donde derivan todos los derechos humanos. Esta medida va encaminada a ello y por eso tenemos que estar a favor de su aprobación”, subrayó Padilla Ruiz haciendo alusión al Proyecto del Senado 184 que busca enmendar la Ley de Salud Mental de Puerto Rico y la Ley para la Seguridad, Bienestar y Protección de Menores para ampliar las protecciones de la salud física y mental de los menores de edad, mediante la prohibición de la práctica de la terapia de conversión.
PUBLICIDAD
Según Padilla Ruiz, la violencia es la emergencia social más seria que vive Puerto Rico hoy día. “Cada año, cientos de niñas y niños son víctimas de maltrato. Protegerles de cualquier forma de maltrato o negligencia que provenga de sus padres, madres o de personas que les tengan bajo su cuidado es fundamental para detener esta espiral que produce efectos devastadores. Es necesario atemperar la legislación para protegerles de la violencia en todas sus manifestaciones y esto es responsabilidad del Estado”, dijo el director de la CDC.
La Carta de Derechos de la Niñez (Ley Núm. 338-1998) reconoce la responsabilidad del Gobierno de Puerto Rico de propiciar el máximo desarrollo social y emocional de la niñez. Reconoce también que las personas menores de edad tienen iguales derechos a la vida y a la felicidad que las personas adultas. Es política pública que la infancia y la adolescencia sea comprendida y atendida en su condición de persona integral, con sus necesidades, derechos y aspiraciones. Como sujetos de derecho, la niñez tiene derecho a crecer en armonía fundamentada en el respeto a su dignidad humana.
“Las terapias de conversión son intervenciones dirigidas típicamente a personas gay, lesbianas, bisexuales y trans. En pleno siglo XXI persiste la idea de que la homosexualidad es una enfermedad, que puede curarse y que trae consigo repercusiones dañinas y destructivas. La Organización de las Naciones Unidas ha reconocido que las terapias de conversión representan una tortura para la comunidad LGBTTIQ. Estas terapias de conversión han sido identificadas por la inmensa mayoría de las organizaciones profesionales mundiales como inefectivas y dañinas a nivel psicosocial”, reza la ponencia de la Comisión.
El Director de la CDC insistió en que las comunidades diversas en su sexualidad en Puerto Rico han sido blanco de prejuicio, discrimen, marginación y violencia. “Estas comunidades han sido blanco de invisibilización política y social por mucho tiempo. Este escenario, evidentemente, crea un panorama de disparidades que impactan la vida de estas comunidades. Es imposible garantizar los derechos humanos dentro del contexto de la exclusión, el estigma, el prejuicio, la violencia y el maltrato”.
Aseguró que existen ‘historias de terror’ de personas que han sido sometidas a estas llamadas terapias para curar la homosexualidad y desarrollar la heterosexualidad. Personas afectadas y aterradas por la presión económica y/o por el rechazo de sus propias familias se han expuesto a esta violencia. Mediante consejos, lecturas de pasajes bíblicos, conversaciones grupales disfrazadas de terapias de autoayuda y con toda una serie de artimañas, lastiman, siembran odio y homofobia, causan estrés postraumático, depresión, ansiedad, desadaptación social, confusión e incluso han llevado a personas al suicidio. “No existen investigaciones, ni evidencia científica que demuestren la efectividad de las terapias de conversión”.
“Las diversidades en orientaciones, identidades y expresiones sexuales no deben representar un obstáculo para la felicidad de nadie ni para el reconocimiento y respeto de su dignidad”, concluyó Padilla Ruiz en la ponencia sometida a la Comisión de Iniciativas Comunitarias, Salud Mental y Adicción del Senado que preside José Vargas Vidot.