El líder opositor venezolano Juan Guaidó acusó el sábado al gobierno del presidente Nicolás Maduro de politizar la administración de las vacunas contra el coronavirus en Venezuela, justo en momentos que los contagios experimentan un repunte en el país.
“La politización que pretende dar la dictadura para administrar la vacuna debe quedar de un lado, no pueden seguir discriminando y generado control social a través de la ayuda necesaria a los venezolanos”, señaló Guaidó en una declaración divulgada a través de su cuenta de Twitter, sin mencionar si hubo algún convenio de por medio con el gobierno de Maduro.
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Los comentarios de Guaidó se produjeron un día después que sus aliados —todos ellos exdiputados de la anterior Asamblea Nacional, que cesó sus funciones el 5 de enero pasado— aprobaron un acuerdo para solicitar ante la Oficina para el Control de Activos en el Extranjero del Departamento del Tesoro (OFAC, por sus siglas en inglés) la liberación de una parte de los fondos retenidos por Washington con el propósito de financiar el acceso de Venezuela al mecanismo COVAX, creado por las Naciones Unidas y varias organizaciones internacionales para garantizar una inmunización equitativa contra el COVID-19 en todo el mundo.
Las sanciones impuestas por Estados Unidos buscan impedir que el gobierno de Maduro pueda realizar transacciones financieras y comerciales en el extranjero, acceder a activos internacionales de Venezuela y transar con petróleo, oro u otros activos.
El acuerdo permitirá la llegada de 12 millones de dosis de vacunas contra el virus SARS-CoV-2 con la ayuda de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Panamericana de la Salud, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la gestión del llamado “gobierno interino”, dijo Guaidó el viernes. El acuerdo contempla unos 18,1 millones de dólares destinados para la suscripción de Venezuela al COVAX y otros 12,1 millones de dólares para la logística necesaria para mantener la cadena de frío de las vacunas.
Mediante el COVAX, los países suscriptores pueden acceder a la canasta de vacunas a un mejor precio, mientras algunas naciones, entre ellas 10 de la región, recibirán las vacunas de COVAX gratis al ser consideradas de escasos recursos.
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“No es todo lo necesario, pero evidentemente dista muchísimo de lo que hemos visto recientemente que hace la dictadura. La salud no debe ser en este momento carácter de segregación, por el contrario, debemos ir a salvar vidas en este momento”, agregó el líder opositor.
Voceros del gobierno no estuvieron disponibles de momento para comentarios.
El 5 de enero se instaló en Venezuela una nueva Asamblea Nacional, que el oficialismo recuperó luego de cinco años y tras el boicot opositor de los comicios legislativos de diciembre de 2020 al considerar que no existían condiciones para elecciones libres y democráticas.
Guaidó, como presidente de la Asamblea Nacional en funciones, se declaró presidente interino en 2019 y Estados Unidos y otros 60 países lo reconocieron como gobernante legítimo de Venezuela en lugar de Maduro, argumentando que la reelección del mandatario en 2018 fue fraudulenta.
El 18 de febrero comenzó la vacunación en Venezuela.
Entre el 13 de febrero y el 6 de marzo arribaron 200.000 dosis de la vacuna rusa Sputnik V, que representa el 2% del total de 10 millones acordadas inicialmente en diciembre entre los gobiernos de Caracas y Moscú.
Entretanto, Venezuela recibió el 1 de marzo un lote de 500.000 dosis de la vacuna Vero Cell de la empresa estatal china Sinopharm, donadas por el gigante asiático.
Maduro —que repetidamente denuncia que las sanciones impiden la debida dotación de medicinas y alimentos que necesitan los venezolanos en tiempos de pandemia— informó días después que su gobierno invirtió 200 millones de dólares en los 10 millones de dosis que deben estar en el país en abril, cuando se prevé que Venezuela estará en condiciones de desplegar una campaña de vacunación masiva.
El 15 de enero, Venezuela descartó autorizar el uso de la vacuna de AstraZeneca contra el coronavirus ante el cúmulo de efectos negativos registrados en algunas personas luego de ser inoculadas.
El viernes, la vicepresidenta Delcy Rodríguez declaró que Venezuela enfrenta “una segunda ola mucho más virulenta que la ocurrida en 2020” y el aumento de casos en varias regiones, incluida Caracas y dos estados vecinos. Adelantó que la comisión que preside llevará propuestas a Maduro para reforzar las medidas para romper la cadena de contagios.
En Venezuela —donde el coronavirus no ha azotado con tanta fuerza como en otros países sudamericanos— se contabilizan más 150.300 casos positivos y 1.483 fallecidos, 30 de ellos en Caracas en los últimos 10 días, destacó el sábado el ministro de Comunicación, Freddy Ñáñez.