El jefe de fiscales en Puerto Rico, Stephen Muldrow, reaccionó esta tarde a favor de la sentencia de 18 meses en prisión impuesta contra el exalcalde de Yauco Abel Nazario.
“La importante sentencia de prisión impuesta a Abel Nazario Quiñones debería hacer que otros funcionarios públicos piensen dos veces antes de eludir las leyes que promueven la transparencia en nuestro gobierno”, dijo Muldrow. “Estoy inmensamente orgulloso de nuestro equipo y compañeros de ley por este resultado exitoso”.
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A Nazario se le encontró culpable de varios cargos de emitir declaraciones falsas en torno a fondos del Departamento del Trabajo federal.
Por otra parte, el agente especial a cargo, Michael C. Mikulka, dijo que lo sucedido hoy “afirma el compromiso de la Oficina del Inspector General del Departamento de Trabajo federal de garantizar que los trabajadores reciban los salarios que han ganado legítimamente y de investigar a quienes obstruyen los esfuerzos del Departamento para garantizar la integridad de sus programas. Abel Nazario-Quiñones, traicionó la confianza del público cuando se involucró en un plan para privar a los empleados municipales de Yauco de sus salarios y luego hizo declaraciones falsas a la División de Horas y Salarios para continuar con el fraude. Esta oficina se compromete a trabajar con nuestros socios encargados de hacer cumplir la ley para combatir este tipo de actividad delictiva”.
La vista de sentencia se realizó mediante videoconferencia, ante el juez federal Joseph Laplante. El togado, además, determinó que, una vez cumpla con la sentencia, Nazario deberá cumplir dos años adicionales bajo libertad supervisada.
Para el agente especial a cargo del FBI en Puerto Rico, Rafael Riviere-Vázquez, “el mal de la corrupción es la base de algunos de los problemas más urgentes que enfrenta nuestra sociedad en la actualidad” y “cuando los líderes de nuestro gobierno se comportan de una manera que socava las instituciones a las que están destinados a servir, la gente pierde todo respeto por el estado de derecho. Por lo tanto, todo acto de corrupción, debe ser castigado, de lo contrario, este mal continúa extendiéndose por el tejido mismo de nuestra sociedad. Este caso es un ejemplo de los frutos de esta misión, que está lejos de terminar y sigue siendo nuestra máxima prioridad”.
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