El gobierno del presidente Nicolás Maduro descartó el lunes autorizar el uso en Venezuela de la vacuna de AstraZeneca contra el coronavirus ante el cúmulo de efectos negativos registrados en algunas personas luego de ser inoculadas en otros países.
“Venezuela no dará permiso a la vacuna AstraZeneca para ser utilizada en nuestro país por los efectos que esta tiene en los pacientes”, dijo la vicepresidenta Delcy Rodríguez en una declaración difundida por la televisión estatal.
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Cerca de dos decenas de países —entre ellos Alemania, Francia, Italia y España– suspendieron preventivamente el uso de la vacuna de AstraZeneca luego de que se divulgaron reportes de que algunas personas que recibieron la dosis de la fórmula de la farmacéutica británica-sueca presentaron coágulos.
Rodríguez hizo su comentario horas después de un encuentro que sostuvo con el representante de la Organización Panamericana de la Salud en Caracas con el “objetivo de denunciar la amenaza” de una variante del coronavirus surgida en Brasil.
En la víspera, Maduro ordenó “cercar” Caracas, los estados centrales de La Guaira y Miranda, además del estado sureño de Bolívar, limítrofe con Brasil, a partir del 15 de marzo y por los próximos siete días para frenar la cadena de contagios de la variante del virus SARS-CoV-2, conocida como P1, justo una semana después de ser confirmados los 10 primeros casos en Venezuela. En los últimos días, la cifra total de contagios de la variante superó las cinco decenas.
El esquema de flexibilización de cuarentena se mantuvo en los restantes 20 estados.
Desde el 1 de junio, el gobierno ha venido aplicando franjas horarias de flexibilización con algunos ajustes para la reactivación parcial de las actividades económicas, comerciales y financieras en intervalos de siete días continuos en más de 50 sectores, seguidos de la vuelta a la “cuarentena radical” en los siete días siguientes. La cuarentena vigente se implementó el 16 de marzo de 2020, tres días después que se detectaron los dos primeros casos de COVID-19 en el país.
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A mediados de febrero, Venezuela dio comienzo al proceso de vacunación contra el COVID-19, luego de que llegara al país el primer lote de 100.000 dosis de la vacuna rusa Sputnik V. El país sudamericano también recibió 500.000 dosis de la vacuna Vero Cell de la empresa estatal china Sinopharm, donadas por Beijing.
Un segundo lote de 100.000 dosis de Sputnik V arribó posteriormente al país, lo que representa el 2% del total de 10 millones acordadas inicialmente en diciembre entre Caracas y Moscú. Se prevé que Venezuela esté en condiciones de desplegar una campaña de vacunación masiva a partir de abril.
En Venezuela –donde el coronavirus no ha azotado con tanta fuerza como en Brasil, Colombia y Perú– se contabilizan más 146.400 casos positivos y 1.444 fallecidos.
Los expertos sostienen que el bajo número de casos respecto a otros países de la región, más allá de la adopción temprana de la cuarentena, se debe en buena medida al aislamiento que vive el país después de años de crisis política, económica y social.