En momentos que Estados Unidos parece estar al borde de tener una vacuna contra el COVID-19, las cifras lucen más tétricas que nunca: más de 3.000 muertes en un sólo día, más que en el Día D o en el 11/Sep. Un millón de casos nuevos en cinco días. Más de 106.000 personas en el hospital.
La crisis nacional abruma a los centros médicos y agota al personal y funcionarios de salud, alterados por ataques de llanto y pesadillas.
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En total, hay más de 290.000 muertos y más de 15 millones de casos confirmados.
Estados Unidos registró 3.124 muertes el miércoles, la cifra más alta hasta la fecha para un sólo día, de acuerdo con la Universidad Johns Hopkins. Hasta la semana pasada, el pico había sido de 2.603 muertes el 15 de abril, cuando la ciudad de Nueva York era el epicentro nacional.
La cifra del miércoles superó la de las bajas estadounidenses en el Día D, el día inicial de la invasión de Normandía durante la Segunda Guerra Mundial: 2.500, de unas 4.400 bajas aliadas. Adicionalmente, superó las víctimas de los atentados del 11 de septiembre de 2001: 2.977.
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Los casos nuevos llegan a más de 209.000 diarios, según la universidad Johns Hopkins. Adicionalmente, el número de personas hospitalizadas marca nuevos récords cada día.
Un panel asesor del gobierno estadounidense se reunió el jueves para decidir si apoya el uso masivo de la vacuna Pfizer contra el COVID-19. Esta reunión de asesores independientes de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) es el penúltimo escollo antes del inicio de la que sería la campaña de vacunación más grande de la historia del país.
Si la FDA aprueba la recomendación del panel, la vacunación podría comenzar en cuestión de días.