El papa Francisco apoya las demandas de justicia racial tras la muerte de George Floyd a manos de la policía y fustiga a los escépticos del COVID-19 así como a los medios de comunicación que difunden teorías conspirativas en un nuevo libro escrito durante el encierro en el Vaticano por el coronavirus.
En “Let Us Dream” (“Soñemos juntos”) Francisco también critica a los políticos populistas que alborotan en actos multitudinarios que recuerdan a los años 30, y la hipocresía de los católicos “rígidos” y conservadores que los apoyan. Pero también critica el retiro por la fuerza de estatuas históricas durante las protestas por la justicia racial de este año como un intento desviado de “purificar el pasado”.
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El libro de 150 páginas sale a la venta el 1 de diciembre. Fue coescrito por el biógrafo de Francisco en lengua inglesa, Austen Ivereigh, y por momentos la prosa y el énfasis parecen más de Ivereigh que de Francisco. De alguna manera es intencional: Ivereigh dijo lunes que espera que un papa con un inglés más coloquial resuene con los lectores y creyentes de habla inglesa.
En esencia, “Let Us Dream” busca presentar la visión de Francisco de un mundo más justo, en lo económico y ambiental, poscoronavirus donde los pobres, los viejos y los débiles no queden al margen y los ricos no sean consumidos sólo por las ganancias.
Pero al mismo tiempo ofrece una nueva mirada más personal del papa argentino de 83 años y de su sentido del humor.
En un momento, Francisco revela que después de que ofreció retirarse como arzobispo de Buenos Aires en 2012 cuando cumplió 75 años, planificaba finalmente terminar la tesis que nunca completó sobre el intelectual alemán del siglo XX Romano Guardini.
“Pero en marzo de 2013, fui transferido a otra diócesis”, dice con humor. Francisco fue electo papa y obispo de Roma el 13 de marzo de ese año.
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La editorial dijo que el libro es el primero escrito por un papa durante una crisis mundial mayor y Ivereigh dijo que fue hecho como una respuesta al coronavirus y a las medidas de distanciamiento social. Para Francisco, la pandemia ofrece una oportunidad sin precedentes para imaginar y planear un mundo con más justicia social.
Al pedir al mundo que use la pandemia como una oportunidad para un nuevo comienzo, Francisco menciona tres momentos cruciales, o crisis personales de su vida, que le dieron la oportunidad de parar, reflexionar y cambiar de rumbo.
El primero fue una infección respiratoria que casi lo mata cuando tenía 21 años y estaba en su segundo año de seminario en Buenos Aires. Luego que lo salvaron, Francisco decidió unirse a la orden religiosa jesuita.
“Puedo entender cómo se siente la gente con coronavirus mientras lucha por respirar con ventiladores”, escribió Francisco.
El segundo “momento COVID-19” fue cuando se mudó a Alemania en 1986 para trabajar en esa tesis y se sintió tan solo y aislado que regresó a Argentina sin terminarla.
El tercero ocurrió durante los casi dos años que pasó en Córdoba, en el norte de Argentina, como penitencia por su mando autoritario de la orden jesuita en el país.
“Estoy seguro de que hice algunas cosas buenas, pero puedo ser muy duro. En Córdoba, me hicieron pagar y tuvieron razón al hacerlo”, escribió.
Francisco volvió a pedir que exista un salario mínimo universal, que los inmigrantes sean bien recibidos y lo que llama tras tres T: tierra, techo y trabajo (tres L en inglés: land, lodging y labor).
“Necesitamos fijar metas para que nuestro sector empresarial — sin negar su importancia — vea más allá del valor de sus acciones a otro tipo de valores que nos salvarán a todos: comunidad, naturaleza y trabajo significativo”, escribió.