Washington — Donald Trump ha dicho una y otra vez que hay un lugar donde se determinará el resultado de las elecciones presidenciales: la Corte Suprema. Pero el presidente podría tener dificultades siquiera para llegar ahí.
The Associated Press declaró a Joe Biden como ganador de la contienda presidencial la mañana del sábado. Sin embargo, en los últimos días Trump ha mencionado que el máximo tribunal debería involucrarse en la elección tal como sucedió en 2000. Y el sábado no había ningún indicio de que estuviera listo a conceder la derrota.
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“A partir del lunes, nuestra campaña comenzará a procesar nuestro caso en la corte para garantizar el pleno cumplimiento de las leyes electorales y se le otorgue el triunfo al ganador legítimo”, dijo Trump en un comunicado.
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En 2000, la Corte Suprema resolvió de forma definitiva una apretada elección a favor de George W. Bush en una decisión de 5-4 que dividió a los liberales y conservadores del tribunal. Hoy en día, la corte tiene seis jueces conservadores, tres de ellos nominados por Trump. Pero los comicios de este año parecen desarrollarse de manera muy distinta a los del 2000, cuando los votos electorales en Florida le otorgaron a Bush la victoria.
En ese entonces, Bush tenía ventaja en Florida y recurrió a la corte para frenar un recuento. Trump insinuó una estrategia que se centraría en varios estados en donde los márgenes de victoria aparentemente fueron reducidos. Pero para revertir el resultado electoral, Trump tendría que persuadir a los tribunales, incluyendo tal vez a la Corte Suprema, para dejar de lado los votos en al menos dos estados.
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Por su parte, es posible que el magistrado presidente John Roberts no quiera que él y sus colegas sean los responsables de definir esta elección. Roberts, quien no era miembro de la corte en el caso Bush contra Gore en el 2000 pero fue abogado de Bush, a menudo ha intentado distanciar al tribunal de las distintas ramas políticas del gobierno y de las políticas que cree que podrían perjudicar la reputación de la corte.
Tampoco están claro cuáles son los problemas legales que podrían llevar a los jueces a intervenir. Trump ha lanzado reiteradas acusaciones infundadas de fraude electoral. El sábado, su abogado Rudy Giuliani lanzó señalamientos de que a los observadores electorales —que supervisan el conteo de votos— no se les permitió acercarse lo suficiente para dar fe del cómputo de sufragios.
De igual forma, Trump se ha enfocado en el máximo tribunal. En las primeras horas del día posterior a la jornada electoral, declaró: “Iremos a la Corte Suprema; queremos que se detengan todas las votaciones”. Y el jueves, a medida que Biden se acercaba a los 270 votos electorales necesarios para llegar a la Casa Blanca, Trump nuevamente dijo a los estadounidenses: “Va a terminar, posiblemente, en el máximo tribunal del país, ya veremos”. También insistió en Twitter: “¡La Corte Suprema debería decidir!”.
Actualmente hay un caso electoral en la Corte Suprema e involucra una apelación presentada por los republicanos para excluir las boletas que llegaron después de la jornada electoral en Pensilvania. Pero si se terminan por contabilizar o no dichas papeletas parece ser irrelevante.
Las boletas recibidas después de las 8 de la noche del día de las elecciones del martes fueron apenas un pequeño fragmento de la votación total. En todo Pensilvania, los condados reportaron haber recibido menos de 8,000 boletas por correo tardías, aunque algunas demarcaciones seguían evaluando cuántas tenían. La tarde del sábado, Biden aventajaba a Trump por más de 30.000 votos.