Edwin Alequín Báez, quien utiliza una silla de ruedas luego de un accidente, acudió a votar en la mañana de hoy como elector de la unidad 19 del precinto 2 de San Juan.
Lo que no esperaba es la odisea para ejercer su derecho al voto.
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“Antes nosotros votábamos en la Escuela de Comunicaciones de la Universidad de Puerto Rico (UPR) y nos cambiaron a la Escuela Elemental de dicha universidad. Cuando llego en compañía de mi padre, descubrimos que para llegar al salón de personas con impedimentos había dos escalones. ¿Quién puede llegar allí, estando en silla de ruedas”, me pregunté.
Báez determinó pedirle a la funcionaria electoral que lo ayudara “y ella amablemente me llevó las papeletas, al momento de llevar las mismas a la máquina de escrutinio, se las doy a mi papá para que las llevara, pero cuando las pasa por el scanner, el equipo no las acepta, así que hubo que depositarlas en una urna, como se hacía antes”.
Al salir de las facilidades, el ciudadano reflexionó sobre la importancia que se le debe dar a las personas con impedimentos para que puedan ejercer sus derechos y tener una vida lo más normal posible.
“Es frustrante porque se supone que los funcionarios establecen un colegio electoral para impedidos en un lugar que tiene escalones, sin al menos contar con una rampa”, destacó.
Finalmente, recomendó a la sociedad que hace falta mayor educación y aplicación de la ley, “porque existe una ley federal que dispone las facilidades para que las personas con impedimentos podamos ejercer nuestro derecho a votar. Espero que para las elecciones de noviembre haya una mejoría”.
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