Los maniquíes de los escaparates muestran la moda de ayer, los estantes vacíos acumulan polvo y cartones y sábanas cubren productos que hasta hace poco se creía que eran indispensables para nuestro bienestar.
El estricto confinamiento decretado en España para luchar contra el coronavirus, que ha causado más de 22.150 decesos en todo el país, ha dejado a Madrid cerrado y en silencio.
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Este es un nuevo paisaje en la ciudad. Transmite una sensación poética y de misterio, pero también triste.
La capital española, con cerca de 6,6 millones de habitantes, ha dejado atrás el característico bullicio que la acompañaba las 24 horas del día.
Ahora, las tiendas están paralizadas detrás de las persianas metálicas y los cierres de seguridad. Los productos a la venta son vestigios de lo que parece una forma de vida lejana.
La Confederación Española de Comercio, que representa a miles de pequeños negocios, dijo que hasta el 30% de sus negocios echarán el cierre definitivo a menos que reciban ayudas gubernamentales.
Las autoridades españolas están relajando de forma gradual las medidas de confinamiento, pero no hay fecha para la reapertura de las tiendas.
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Algunos de los locales tienen cierres en rojo o amarillo y otros cuentan con dibujos o grafitis.
En algunos pueden leerse carteles con frases como : “Cerrado por precaución”, “Estamos en casa por los motivos ya conocidos” o “#QuedateEnCasa”.
Otro tenía un corazón que pone “Nos vemos a la Vuelta!!! Cuidaros”.
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