Aunque es muy temprano para pronosticar cuál será el impacto del desplome del mercado petrolero sobre las facturas de los abonados, el gerente de proyectos de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), Fernando Padilla, dijo que la corporación pública buscará aprovechar el momento para abastecerse de combustible más barato que de costumbre.
Una posible reducción en la factura de los clientes de la AEE no se vería reflejado al menos hasta el próximo trimestre de este año, toda vez que el costo por kilovatio hora (kW/h)consumido para el periodo de abril a junio ya fue definido y autorizado por el Negociado de Energía.
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A preguntas de Metro, Padilla prefirió no aventurarse a predecir el alcance de una posible rebaja futura en el costo de la luz, si bien reconoció que el gasto en compra de combustible representa alrededor del 70% de la inversión recurrente de la AEE.
“Los precios del mercado son volátiles y están cambiando hora tras hora. Lo que sí hemos visto es que la tendencia es a la baja. No sería prudente de mi parte dar un costo específico porque la fluctuación del petróleo puede ser mayor o menor mañana y no tenemos los cálculos y gastos del combustible y los niveles de inventario que vamos a estar quemando para poder producir los componentes de la tarifa”, expresó Padilla.
El precio por barril del West Texas Intermediate, uno de los principales indicadores del mercado norteamericano, cerró el lunes en negativo $37, aunque ayer martes había regresado a terreno positivo, cotizando en poco más de $10. Hace un año, sin embargo, el barril tenía un valor de mercado que superaba los $65, según el portal Markets Insider.
Padilla señaló que la AEE intentaría almacenar combustible barato en momentos en que prevalece un mercado favorable a los compradores.
“Estamos en conversaciones con nuestro suplidor de petróleo. Básicamente estamos identificando y llevando los emails correspondientes para lograr mayores compras asegurando estos precios. Estamos identificando las áreas de oportunidad para hacer un ‘lock-in’ de los precios vigentes y poder abastecer nuestras arcas mirando a futuro. Prepa (la AEE) tiene un suplidor que nos suple el Búnker C, y de las últimas tres semanas hemos estado en conversaciones con ellos para ver a qué acuerdos podemos llegar para poder asegurar las compras”, subrayó Padilla.
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En marzo, el director ejecutivo de la AEE, José Ortiz, había indicado a este medio que durante el actual trimestre los abonados disfrutarían de una reducción en su tarifa, pues ya desde inicios del año los costos globales del petróleo habían ido a la baja a raíz de la crisis del Covid-19.
Según datos suministrados ayer por la AEE, dicha reducción fue de apenas .3 centavos por kW/h, al pasar de 22.03 a 21.70 centavos.
Padilla, sin embargo, dijo que, además de la caída del mercado petrolero, otros dos factores podrían ayudar a reducir el costo tarifario en lo que resta del año.
En primer lugar, señaló que a partir de la semana que viene las unidades 5 y 6 de la Central San Juan comenzará a operar a base del gas natural, luego de la transformación a cargo de la empresa New Fortress Energy, y que inicialmente estaba prevista para culminar a finales de 2019.
Además, Padilla explicó que se proyecta que para mediados de agosto comience a funcionar la unidad 5 de Costa Sur, una de las dos que están inoperantes desde enero, cuando la planta generatriz se vio afectada por los terremotos.
A inicios de marzo, el propio Ortiz había anticipado durante una vista cameral que lo más temprano que esa unidad podría entrar en funciones habría sido para noviembre.
“Esa unidad consume gas natural o petróleo. Vamos a estar gestionando los trabajo de reparación a las tuberías de gas natural, así que vamos a estar viendo generación disponible a precios de combustible lo más barato posible. Ese conglomerado de aspectos en función directa a la quema de combustible va a resultar en unos beneficios bien favorables a la tarifa y a nuestros clientes”, dijo Padilla.
La unidad 5 de Costa Sur cuenta con una capacidad de generación de 410 megavatios (MW). Generalmente, en Puerto Rico, la demanda energética asciende a unos 2,300 MW.
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