RÍO DE JANEIRO — Luego de más de dos semanas con tos y fiebre _síntomas potenciales de COVID-19_ Maria do Espírito Santo acudió a un hospital en Manaos, la mayor ciudad brasileña en el bosque tropical de la Amazonía. No había camas disponibles, tan solo una silla de plástico, por lo que su familia se la llevó a casa.
Al día siguiente la llevaron a una unidad de emergencias, donde fue ingresada y fue colocada en una camilla, indicó Isabelle Noronha, una pariente de 32 años que durante horas esperó afuera junto con los ansiosos familiares de otros pacientes en la oscuridad.
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Para entonces, la mujer de 67 años se encontraba en estado grave y a la espera que una cama estuviera disponible en la unidad de cuidados intensivos. Luego de 11 horas, una ambulancia la trasladó la noche del viernes a un hospital, donde fue colocada en la zona de enfermería en lugar de la unidad de cuidados intensivos. El domingo permanecía en condición grave, respirando con ayuda del oxígeno a través de un tubo. Fue sometida a una prueba para el COVID-19 y estaba a la espera de los resultados.
El sistema de atención medica de Manaos, de antemano saturado antes de la crisis por la pandemia del nuevo coronavirus, se está colapsando bajo la actual embestida de pacientes con la enfermedad. Hay un enorme desabasto de respiradores, los médicos se quejan de la falta de equipo protector y los sepultureros tienen cada vez más trabajo.
El estado de Amazonía registraba más de 2.000 casos confirmados de COVID-19 hasta el domingo, la gran mayoría de ellos en Manaos _la única ciudad del estado que cuenta con unidades de cuidados intensivos. La ciudad de 2,2 millones de habitantes tiene una de las tasas de contagio más elevadas de Brasil, donde más de 38.600 casos han sido confirmados, si bien los expertos aseguran que el total de contagios es muy superior que las cifras oficiales.
Un video grabado en el interior del Hospital João Lúcio de la ciudad y que circuló en las redes sociales esta semana mostraba bolsas para cuerpos en camillas de los pasillos al igual que las camas con pacientes que se hallaban bajo tratamiento. Un contenedor refrigerado estaba instalado enseguida del hospital la mañana del viernes, y los trabajadores empezaron a cargarlo con cadáveres. La Secretaría de Salud de la Amazonía confirmó 19 muertes por coronavirus en el hospital entre miércoles y viernes.
El presidente brasileño Jair Bolsonaro se ha referido repetidamente al COVID-19 como solo una “pequeña gripe” y exhortó a confinar sólo a brasileños de “alto riesgo” dado que restricciones más severas podrían causar demasiado daño en la economía nacional. El viernes, Bolsonaro reemplazó a su ministro de Salud con un oncólogo que ha hecho su carrera en el aspecto de los negocios de la atención sanitaria.
En la mayoría de la gente, el nuevo coronavirus provoca síntomas leves o moderados que desaparecen en dos a tres semanas. En algunas personas, sobre todos los adultos mayores y las que padecen trastornos de salud subyacentes, puede provocar enfermedades más graves, como la neumonía, e incluso la muerte.