Se multiplican las protestas de los partidarios del presidente Donald Trump contra las restricciones a la vida cotidiana y otros esfuerzos por detener la propagación de la pandemia. Promotores contra la vacunación, defensores de los derechos de portar armas y otros partidarios de causas derechistas se han unido para protestar frente a las gobernaciones y legislaturas estatales en Oklahoma, Texas y Virginia y otros lugares.
Al aumentar su frustración con la vida en cuarentena, empiezan a violar abiertamente las normas de distanciamiento social y tratar de presionar a los gobernadores para que las mitiguen.
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Mientras muchos estadounidenses están aterrados, Melissa Ackison dice que la pandemia de coronavirus la ha enfurecido. Las órdenes de cuarentena son abusos del gobierno, según la candidata derechista al Senado de Ohio. Sostiene que la calificación de ciertos trabajos como “esenciales” es arbitraria.
“Provoca furia dentro de uno”, dijo Ackison, que estaba entre los manifestantes frente a la gobernación en Columbus, junto con su hijo de 10 años, durante una protesta contra las órdenes del gobernador republicano Mike DeWine. Dijo que no tiene “absolutamente nada de miedo” de contagiarse el virus.
Algunas protestas han sido pequeñas, promovidas por grupos aparecidos en Facebook en los últimos tiempos y cuyos organizadores no se dejan identificar fácilmente. Otras están respaldadas por grupos financiados por conocidos donantes republicanos, algunos vinculados con Trump. La más grande hasta la fecha, una manifestación de miles que el miércoles cerró las calles de Lansing, Michigan, se parecía mucho a los actos del presidente, con carteles de Trump y gorras con la sigla MAGA, de “Make America Great Again” un eslogan de la campaña de Trump que significa “Hagamos grande a Estados Unidos otra vez” o “Devolvamos la grandeza a Estados Unidos”.
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El presidente ha impulsado la mitigación de las órdenes de permanecer en casa y visualizar la reactivación de la economía. El jueves dio a conocer una hoja de ruta para los gobernadores, aunque reconoció que éstos tienen la última palabra en sus estados. Los expertos en salud advierten que una mitigación anticipada provocaría un rebrote del virus.
Pero el presidente y algunos de sus partidarios están impacientes. Miles de personas en sus autos atestaron las calles de Lansing en protesta contra la cuarentena impuesta por la gobernadora demócrata Gretchen Whitmer y algunas corearon “que la encierren”, como hacían los partidarios de Trump en los actos electorales de 2016 en alusión a su rival Hillary Clinton.