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Perros celebran carnaval con fiesta propia en Río de Janeiro

Decenas de perros disfrazados participaron el domingo del tradicional blocão

Carnaval de perros en Río de Janeiro AP (Silvia Izquierdo/AP)

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Pese a no tener el ensayo ni la coordinación propia de los bailarines de samba, ellos consiguen robarse todos los flashes y la atención de turistas y curiosos. Caminan con desparpajo, en cuatro patas, y son los más curiosos protagonistas de uno de los carnavales más populares del mundo, el de Río de Janeiro.

Decenas de perros disfrazados participaron el domingo del tradicional blocão, un desfile canino que se realiza cada año en el malecón de la playa de Copacabana.

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El blocão, una mezcla de “bloco” que alude a las tradicionales fiestas callejeras y “cão” —perro en portugués—, se ha convertido en un evento tradicional de la fiesta callejera que por varios días toma la ciudad cada año.

“Al principio les parecía muy extraño, quedaban agitados, pero ahora disfrutan mucho. Es una oportunidad para que jueguen con otros amiguitos”, dijo Claudia Idelfonso, quien llegó a Copacabana con Bianca y Luna, una Schnauzer y una perra mestiza.

Bianca estaba vestida de colombina y Luna, quien llevaba con naturalidad en el cuello una guirnalda de colores, aparentaba ser una hawaiana.

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Muchos amos han convertido en una tradición traer a su “mejor amigo” al carnaval dedicado a las mascotas.

Sobre el asfalto de la Avenida Atlántica, en Copacabana, se dieron encuentros inesperados y escenas curiosas.

Batman saltó encima de la mujer maravilla, mientras los dueños de los dos perros intentaban desanudar las correas.

Un perro vestido de presidiario caminaba perdido, en una desorientada fuga, mientras en otro rincón, avanzaban en fila un marinero, perros enfermeros y una bulldog disfrazada de abeja.

Paradójicamente, el domingo de mucho calor y sol preocupó a los organizadores y el clima amenazaba con acortar la fiesta.

“Vamos a parar cuando la temperatura del asfalto sea muy alta y le pueda hacer mal a las patitas de nuestros perros”, advirtió Marco Antonio Toto, quien desde hace 17 años organiza el carnaval canino, mientras la camioneta con sonido avanzaba lentamente por la avenida Atlántica de Copacabana.

Lucía Coutinho, de 50 años, y su “hija” Bebel —una maltés de 12 años— no han faltado a ninguna edición.

Bebel, estaba con la lengua afuera, y llevaba con naturalidad un antifaz y una capa negra de Batman. Coutinho, también disfrazada de superhéroe, dijo que siempre se representa igual a su mascota.

“Nos gusta venir e interactuar con otros animales y mostrar nuestras fantasías”, aseguró la dueña del maltés, quien cada año fabrica el disfraz de su perra.

En la fiesta canina, nadie sabía con seguridad si quienes más se divierten más son los dueños o las mascotas.

“No sé si ella disfruta, pero que ladra mucho, ladra”, dijo Coutinho.

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