Cuando el juicio político al presidente estadounidense Donald Trump se reanude en el Senado esta semana, él no va a estar observando desde dentro de la cámara ni por televisión desde la Casa Blanca.
Trump va a estar a miles de kilómetros de distancia en el Foro Económico Mundial de Davos en los Alpes suizos, cenando con ejecutivos de empresas y dignatarios globales.
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Su participación en el cónclave internacional proveerá un conspicuo momento en una presidencia cargada de ellos. La visita de dos días a Suiza será una prueba de su capacidad para mantener equilibrio entre su furia por el juicio político y su deseo de proyectar una imagen de líder en el escenario mundial.
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Funcionarios del gobierno estadounidense dicen que Trump sigue concentrado en servir al público.
“El trabajo del presidente no cesa solo por la farsa de la impugnación”, dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Stephanie Grisham en un correo electrónico.
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Trump, que partiría de Washington el lunes por la noche, dice que va a Davos para alentar a compañías a invertir en Estados Unidos.
“Estamos ahora donde se encuentra la acción”, dijo el domingo en una convención de granjeros en Texas.
Trump planea llegar al centro de esquí el martes por la mañana y regresar el miércoles a un Washington que estará consumido por el juicio político. Es su segunda participación en el foro anual.
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La Casa Blanca no reveló muchos detalles sobre la agenda del mandatario, pero se espera que pronuncie un discurso y se reúna con líderes mundiales y de empresas.
El mes pasado, la Cámara de Representantes, controlada por los demócratas, presentó cargos contra el presidente republicano por abuso de poder y obstrucción de las labores del Congreso luego de revelarse que Trump presionó al presidente de Ucrania investigar a su rival demócrata, el exvicepresidente Joe Biden.