Aunque a partir de los números ofrecidos por las autoridades, resulta imposible calcular el total de personas que pasan sus días y noches fuera de sus hogares, lo cierto es que la cifra real excede por miles los datos que por la pasada semana ha estado informando el Gobierno central.
Según un comunicado del Negociado para el Manejo de Emergencias y Administración de Desastres (Nmead), el Departamento de Vivienda administraba ayer 12 refugios que albergaban a 3,939 personas. En tanto, se contabilizaron otros 4,521 refugiados en 30 centros administrados por municipios, organizaciones y “algunos espontáneos”.
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Esa suma de 8,460 personas refugiadas reportada por Nmead casi duplica las cifras que el Gobierno informó a lo largo de la pasada semana.
Al tomar en cuenta datos ofrecidos por los municipios con relación a las personas refugiadas en campamentos informales, las cifras del Gobierno central parecen quedarse drásticamente cortas.
En Guánica, por ejemplo, se han contabilizado 2,656 personas en 35 campamentos informales. Ese número es cinco veces mayor que las 545 personas que se encuentran en refugios oficiales.
Mientras, Guayanilla informó que 1,764 personas se habían asentado fuera de sus hogares. En Ponce, la cantidad era ligeramente inferior, con 1,450 refugiados en, “aproximadamente”, 15 campamentos.
Una portavoz del municipio de Peñuelas proveyó un estimado de entre 1,500 y 2,000 personas viviendo en iglesias, calles, parques y aceras, mientras Adjuntas reportó que más de 600 personas duermen fuera de sus hogares, en contraste con las 30 que lo hacen en refugios del Gobierno.
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Yauco no tenía un conteo de personas, pero informó que se habían establecido 67 campamentos informales.
El domingo y el lunes, el Gobierno había reportado que 4,471 y 4,924 personas, respectivamente, se encontraban fuera de sus hogares a raíz de la actividad sísmica que ha sacudido a Puerto Rico desde el 28 de diciembre, y con mayor intensidad desde el Día de Reyes.
Ayer, la Administración de Vivienda Pública informó que había identificado recursos para comenzar un programa de vales de emergencia. No se precisó cuántos vales se harían disponibles.
Manuel Guillama, Sadot Santana y Pablo Venes colaboraron en esta historia.
