En busca de hallar soluciones puntuales al problema de erosión que se sufre hace décadas en las costas de la isla, y ante la inacción de la Legislatura, la comunidad de Toa Baja decretó su propia moratoria a las construcciones costeras en ese municipio.
“Quisimos decirles a las agencias gubernamentales que tienen la responsabilidad de conservar y atender la costa, como Recursos Naturales, Junta de Planificación, el Cuerpo de Ingenieros, el Programa de Zona Costanera, porque vamos a declarar una moratoria de construcción que va a durar el tiempo que la Legislatura se tome en aprobar una ley de costas”, expresó el portavoz de Toabajeños en Defensa del Ambiente, Juan Camacho. El grupo busca que la Legislatura apruebe dos proyectos que, aunque han tenido vistas públicas, no han bajado a votación aún. Estos son para establecer una moratoria de construcción en la zona marítimo-terrestre y uno para crear una nueva ley de costas.
PUBLICIDAD
Sostuvo que en los pasados años se ha dado extracción de arena, tanto legal como ilegal, se ha registrado contaminación por desagües en los ríos Hondo y Bayamón, así como entrada no autorizada de autos a la zona marítimo-terrestre. “Todas esas situaciones que no son naturales fueron provocadas por el ser humano y complicaron la situación. Todo esto fue antes (del huracán) María, quiere decir que después de María se ha complicado”, manifestó Camacho.
Por ello, determinaron que el mensaje para las agencias gubernamentales responsables es que no se construya en las playas. “Si en algún momento, ya sea municipal, estatal o la empresa privada, intenta hacer algún proyecto sobre la zona marítimo-terrestre, nosotros nos vamos a oponer, vamos a luchar y nos vamos a organizar en la comunidad en contra de esto”, advirtió el líder ambientalista sobre lo que llamaron una moratoria de parte de la comunidad.
Aseguró que hay un consenso nacional a favor de la moratoria y en contra de la construcción en las costas “excepto tres o cuatro desalmados que quieren construir hoteles en Playuela, Peñuelas, Rincón y el mismo casco de San Juan”. En ese sentido, exhortaron a los demás 43 municipios costeros a que se unan al reclamo de eliminar o detener las construcciones en las costas.
Como alternativas, desarrollarán un programa educativo en la comunidad, fundamentalmente en las escuelas de ese distrito, e iniciarán un proceso de conservación y siembra de vegetación típica de la playa. “El Gobierno dice que no tiene dinero para ninguno (de los proyectos para evitar erosión), pero tampoco pone en ejecución el más sencillo, que es el de siembra”, argumentó al mencionar como ejemplo los manglares, específicamente el mangle rojo. Planteó que, en su lugar, hay dueños de empresas en costas que han optado por colocar “paredes inmensas que lo que hacen es duplicar el problema porque cierran el paso a la arena”.
La inacción ante la erosión y la continuación de prácticas en contra del ambiente podría provocar repercusiones serias, la mayor de ellas, según Camacho, cobrar la vida de personas. “El problema que tenemos es que el día que la marejada pase sobre la carretera, tiene alrededor de cientos y cientos de personas que viven al otro lado de la calle, y eso es un problema grave”, declaró. También resta uno de los medios de recreación, lo que representa una actividad bastante económica.
PUBLICIDAD
Aunque tomarán la acción comunitaria, Camacho señaló que no se han comunicado con las agencias responsables de la zona costera. “Nos vamos a preocupar por hacerle llegar lo que planteamos”, expuso.
La vicepresidenta de la Junta de Planificación, Suheidy Barreto, expresó a Metro que “no aprueban consultas de ubicación ni otorgan permisos conforme a la Ley 161, según enmendada. Ademas, no hay desarrollos programados en esa zona”.
“La Junta de Planificación está consciente del problema de la erosión costera en Puerto Rico, y de la importancia del salvar vida y propiedad”, añadió.
Mientras tanto, Metro solicitó una reacción al municipio de Toa Baja, al Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) y al Cuerpo de Ingenieros, pero al cierre de esta edición no se había recibido respuesta.