La Unión de Trabajadores de las Comunicaciones de Puerto Rico, organización que representa a los trabajadores del Negociado del Sistema 9-1-1 (9-1-1), ha denunciado en el día de hoy que el Negociado no está preparado para enfrentar el posible paso de un evento atmosférico.
De acuerdo con la Unión, el Negociado cuenta con un sistema tecnológico obsoleto y no tiene el equipo necesario para atender un mayor volumen de llamadas de emergencias.
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Según expuso el Sindicato, en su comunicado, el 9-1-1 no está listo para enfrentar cualquier evento atmosférico. El Negociado dejó de ser una agencia de seguridad pública independiente para convertirse en un mero Negociado de un Departamento de Seguridad que ha demostrado ser uno inestable e incontrolable, con nuevos niveles de burocracia que no aportan a la rápida atención de emergencias.
“Nuestra organización, ha señalado que el 9-1-1 no tiene un plan en caso de que colapsara la red de comunicaciones como ocurrió durante el paso del Huracán María en el 2017. El problema de comunicaciones entre las agencias de respuesta aún continúa.
El sistema tecnológico esta peligrosamente obsoleto y no cumple con los estándares de NextGen 9-1-1. Esto implica que el 80% de las veces el telecomunicador no puede localizar en sus mapas esa llamada de emergencia. Tampoco contamos con un listado actualizado de los números telefónicos de los hospitales y CDT del país.” Denunció Aramis Cruz Domíguez, Presidente del Gremio.
La Unión también denunció que las renuncias de los empleados de telecomunicadores con experiencia continúan y esto crea una inestabilidad en el servicio preocupante. Aunque el Negociado ha reclutado varios empleados transitorios, un gran porciento de ellos renuncian antes de que culmine el período probatorio, algo que se ha complicado aun más desde la reducción en paga y beneficios al personal del 9-1-1.
“Tuvimos dos años para resolver estos asuntos de gran importancia y así tener un buen plan de acción y contingencia, pero se han enfocado en crear un DSP que no funciona, que claramente es una pérdida de tiempo y su énfasis es utilizar los fondos del 9-1-1 para asuntos que no responden a la atención de llamadas de emergencia. Luego del huracán hicimos varias recomendaciones al 9-1-1 entre estos, crear un sistema alterno de comunicación con el Negociado de Manejo de Emergencias y Desastres, el Negociado de Emergencias Médicas y la Policía por medio de teléfonos satelitales y esto quedó en el aire. Si las comunicaciones colapsan, colapsa el 9-1-1. Sentenció Cruz Domínguez.
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Otro asunto que preocupa al sindicato es que el gobierno de Puerto Rico tiene la intensión de mover los fondos del 9-1-1 para el Departamento de Hacienda, y cambiar toda la estructura presupuestaria que puede afectar la contratación de servicios esenciales, transparencia en sus fondos, pago de nómina, entre otros asuntos vitales que afectará para el buen funcionamiento del 9-1-1, que debe ser el primer punto de contacto del ciudadano.
“Los fondos 9-1-1 están altamente supervisados por la (FCC) y regulados por Leyes Federales. Estos fondos deben ser transparentes, accesibles y utilizados única y exclusivamente para la atención de llamadas de emergencias. En caso de una emergencia nacional, esos fondos siempre deben estar accesibles. Si el presupuesto del 9-1-1 se transfiere al quebrado e inestable gobierno central, corre el peligro de que desaparezca. Los fondos del 9-1-1 no provienen del gobierno. El negociado se nutre de .50 centavos que se cobran en las facturas a los clientes atreves de las compañías de celulares y un dólar $1.00 a los teléfonos corporativos y luego del verano del 2019 sabemos cómo Hacienda maneja los fondos públicos.” finalizó Cruz Domínguez.
La Unión está aún a la espera de una reunión con la Comisionada y la gerencia del 9-1-1. También insiste que la Cámara de Representantes de Puerto Rico debe dar paso al PdelS 1059 radicado por los senadores Herny Neumann y José Vargas Vidot a petición del Sindicato.
Dicho Proyecto fue aprobado por el Senado de Puerto Rico el pasado 29 de mayo de 2019. Esto sería el primer paso para comenzar a resolver la crisis del 9-1-1.