CIUDAD DEL VATICANO— El papa Francisco envió el domingo una carta para tratar de alentar a sacerdotes de todo el mundo desanimados por la ola de escándalos sexuales perpetrados por curas católicos.
En una misiva de casi 5.000 palabras enviada por el día de San Juan Vianney, patrón de los párrocos, el papa reconoció el “dolor” de los sacerdotes que “se sienten atacados y acusados de crímenes que no cometieron”.
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El pontífice dijo que los sacerdotes han compartido con él “su indignación por lo sucedido y su frustración de que a pesar de su arduo trabajo, tienen que enfrentar el daño, la sospecha y la incertidumbre a la que ha dado lugar, dudas, miedos y desaliento que sienten más de unos pocos”.
Francisco agregó que “sin negar o descartar el daño” causado por los escándalos, “sería injusto no expresar nuestra gratitud” a los sacerdotes que han cumplido sus deberes “fiel y generosamente”.
El papa indicó que la Iglesia está “totalmente comprometida” con las reformas para garantizar “que la cultura del abuso no tenga tiempo para desarrollarse, y mucho menos continuar”. Agregó que “si en el pasado, la omisión en sí misma podría haber sido un tipo de respuesta, hoy deseamos conversión, transparencia, sinceridad y solidaridad con las víctimas”.
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En agosto pasado, el papa emitió una carta a los católicos de todo el mundo condenando el “delito” de abuso y encubrimiento sexual por parte de los sacerdotes, y exigiendo responsabilidad. En la misiva, también pidió perdón por el dolor sufrido por las víctimas y dijo que los católicos laicos deben participar en cualquier esfuerzo para erradicar el abuso y el encubrimiento.