El Senado perdió su oportunidad de pasar juicio sobre el nombramiento de Pedro Pierluisi y ya no pueden hacer nada más sobre la designación de quien ya juramentó como gobernador de Puerto Rico tras la renuncia de Ricardo Rosselló Nevares el viernes pasado.
O así lo interpreta el mismo Pierluisi, quien insistió en que no acudirá a la vista de nombramiento convocada por el presidente senatorial, Thomas Rivera Schatz, para las 11:00 am. Además dejó todo en manos del Tribunal Supremo, en caso de que se impugne su juramentación tras la controversia jurídica que ha levantado.
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“Pienso que hay una situación legal que es inevitable porque es que al convertirme yo en gobernador, dejé de ser secretario de Estado. Así que realmente no hay pendiente un proceso de confirmación para un secretario de Estado porque es que no hay un secretario de Estado en propiedad. Yo lo fui. Estaba en propiedad, estaba en posesión del cargo, hasta que juramenté como Gobernador”, dijo Pierluisi esta tarde en la Fortaleza, donde estuvo reunido con el equipo fiscal del Ejecutivo.
El abogado resumió una vez más la controversia jurídica: “Cuando se da la vacante del gobernador, yo estoy en plena posesión de ese cargo (Secretario de Estado) porque fui nombrado en receso. La Cámara había culminado su proceso de evaluación, pero no así el Senado. Pero yo estoy en posesión del cargo. Entonces, la Constitución establece que soy el primero en la sucesión. Y hay una ley específica que establece que hay un secretario de Estado, haya sido o no confirmado, el que tiene que sustituir al gobernador en esas circunstancias”.
Pero incluso, si llegara al más alto foro judicial, el primer mandatario exhortó quienes tienen la capacidad de incidir en su nombramiento que “todos pensemos en Puerto Rico primero. Que todos pensemos en que lo que queremos es un gobierno seguro, un gobierno estable, un gobierno en buenas manos. No es momento para propiciar inestabilidad“.
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