LONDRES — El primer ministro británico, Boris Johnson, intentó presionar el lunes a la Unión Europea para que cediera terreno en las negociaciones del Brexit al intensificar los preparativos en su país para abandonar el bloque en tres meses sin acuerdo de salida.
Mientras se reunía un nuevo comité de crisis formado por el gobierno para esa posibilidad, una asociación de empresas advirtió de que no hay forma de evitar daños económicos si el país sale del bloque comercial de 28 países sin una perspectiva clara de la relación entre los antiguos socios.
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La Confederación de la Industria Británica, el mayor grupo de presión de empresas del país, advirtió el lunes de que ni su país ni la Unión Europea están preparados para un Brexit “duro”.
La organización publicó un reporte con 200 recomendaciones para ambas partes para acelerar los preparativos, que iban desde nuevas leyes a nuevos sistemas de tecnologías de la información y acuerdos para mantener de forma temporal algunas normas comunes.
Sin embargo, señaló que “la naturaleza sin precedentes del Brexit supone que algunos aspectos no pueden mitigarse”.
“Es como poner sacos terreros para una inundación. La cocina seguirá estando bajo el agua, pero quizá podamos salvar los dormitorios en el piso de arriba”, dijo la responsable del grupo empresarial para negociaciones con la UE, Nicole Sykes.
Al otro lado del Canal de la Mancha, la automotriz francesa PSA hizo otra advertencia al señalar que podría trasladar la producción de su modelo Vauxhall Astra fuera de Gran Bretaña si el Brexit hace que deje de ser rentable. El director general de la compañía, Carlos Tavares, dijo al Financial Times que eso supondría cerrar la planta de Vauxhall en Ellesmere Port, en Gales, que tiene unos mil empleados.
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Johnson se convirtió en primer ministro la semana pasada tras obtener el liderazgo del Partido Conservador con promesas de que Gran Bretaña saldría de la UE en la fecha prevista del 31 de octubre, con o sin acuerdo.
La UE alcanzó un acuerdo de salida con la predecesora de Johnson, Theresa May, pero el Parlamento británico rechazó el texto. Johnson insiste en que el bloque haga grandes cambios al acuerdo que cerró con May, lo que incluiría retirar una salvaguarda para la frontera irlandesa que ha sido rechazada por los legisladores británicos.
“Seguiremos esforzándonos todo lo que podamos si se puede llegar a un acuerdo, pero la UE tendrá que actuar y, si no lo hace, es increíblemente importante que estemos preparados para imprevistos”, dijo el lunes el secretario de Exteriores, Dominic Raab.
La UE dijo que no reabrirá las negociaciones sobre el acuerdo ni eliminará la salvaguarda irlandesa.
Los economistas advierten de que una salida sin acuerdo sobre los términos afectaría al comercio por la imposición de aranceles y controles de aduanas entre Gran Bretaña y el bloque. La agencia británica de supervisión financiera señaló que eso podría hundir el valor de la libra y sumir a Gran Bretaña en una recesión.
Contradiciendo la opinión de la mayoría de los expertos, Johnson ha dicho que un Brexit “duro” no sería excesivamente caro si el país se prepara adecuadamente.
El mandatario dijo que “pondría el turbo” a los planes para una salida sin acuerdo, lo que incluiría endurecer los controles de frontera y una campaña multimillonaria de información para empresas y particulares, y formó un “comité de estrategia de salida” para supervisar los preparativos.
Sin embargo, enfrenta una dura resistencia en el Parlamento, que se opone a un Brexit sin acuerdo.
Johnson visitaba el lunes Escocia, donde sus planes también son impopulares. Aunque Gran Bretaña en su conjunto votó a favor de abandonar la UE en 2016, Escocia votó a favor de permanecer en el bloque por una gran diferencia.
La primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, que lidera el gobierno semiautónomo con sede en Edimburgo, afirma que Escocia debería votar sobre si se independiza de Gran Bretaña si se ve arrastrada fuera de la UE contra su voluntad.
La líder conservadora escocesa Ruth Davidson se opone a la independencia, aunque también se ha mostrado en contra de abandonar la UE sin acuerdo.