Khalid Al Qasimi, era el segundo hijo del jeque Mohammed Al Qasimi, del emirato de Saraj. El príncipe habría fallecido en medio de una orgía de sexo y drogas durante una fiesta “chemsex”, según información de medios británicos.
El millonario vivía desde los nueve años en Reino Unido. Estudió arquitectura, español y francés en la Universidad de arte Central Saint Martins, y se dedicó a la moda donde tuvo un rápido ascenso desde el 2016 con su marca “Qasimi”. Sus diseños estuvieron presentes en los mejores eventos de Europa como la semana de la moda de Londres y París.
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Aunque aparentemente tenía una vida “perfecta”, los excesos le pasaron la cuenta y su vida se apagó en una fiesta que dio en su lujoso departamento del barrio de Knightsbridge.
Le gustaba la metanfetamina porque te permite durar más en el sexo. Era el secreto peor guardado de la oficina, tenía una debilidad por esa droga”, reveló al Daily Mail bajo condición de anonimato un empleado de Qasimi, firma de moda que el heredero fundó y dirigía desde hace una década.
Su hermano mayor, Mohammed bin Sultan Al Qasimi, también falleció en 1999 después de una sobredosis de drogas en medio de un malón del primer mundo.
El cuerpo del hijo del jeque fue trasladado a Emirato Árabes, en donde se decretó duelo oficial de tres días con las banderas a media asta, y a su funeral asistieron miles de personas.
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¿Qué son las fiestas Chemsex?
Según el diario español El Confidencial, a estos eventos asisten personas heteros y homosexuales. Gran parte de sus asistentes consumen droga y alcohol. Por lo general, duran más de dos días y se realizan en casas particulares, en otras ocasiones se arriendan hoteles o viviendas y muchos van con trabajadores sexuales.
“El número de participantes no suele ser mayor de diez. A veces se reúne sólo una pareja, empieza y va llamando a más gente. Lo anuncian en redes sociales y quien quiera y reúna los requisitos como: Edad, condiciones físicas, tamaño del pene… cada uno pone las condiciones que quiere. El físico importa siempre, sin foto no vas a ningún lado. Yo mismo no invitaría a nadie sin verlo, pero cuando estás colocado (drogado) tu límite de preferencias físicas se amplía bastante, llega un punto en el que te da todo un poco igual”, explicó un asistente a las fiestas.
“La fantasía de todo el mundo es que tu casa se llene de activos y pollones. Pero luego ni hay tantos activos, ni tantos pollones, ni nadie es tan guapo, la gente es normal. Se buscan más activos porque el consumo de drogas a veces dificulta la erección, así que el activo se convierte en un bien muy preciado. Al final por mucha Viagra que tomes, si no comes en dos días es muy complicado que el cuerpo reaccione”, declaró en el artículo otro joven.