PEMBA, Mozambique — La cifra de muertes por el ciclón Kenneth en el norte de Mozambique ascendió a 38, anunció el gobierno el lunes en momentos que los torrenciales aguaceros e inundaciones impedían llevar ayuda a las comunidades afectadas.
Unas 160.000 personas están en riesgo a raíz del segundo ciclón potente en azotar a la zona en apenas seis semanas, dijeron autoridades. Es la primera vez en la historia que dos ciclones pegan a Mozambique en una misma temporada.
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Así como las más de 600 muertes por el ciclón Idai del mes pasado ocurrieron en las inundaciones subsiguientes, se teme que ocurra lo mismo esta vez.
El gobierno calificó de “críticas” las inundaciones en la provincia norteña de Cabo Delgado, incluyendo la isla Ibo y los distritos de Macomia y Quissanga, donde más de 35.000 estructuras han quedado destruidas.
Estas poblaciones estaban por el momento aisladas por carretera y las intensas lluvias complicaban el contacto por aire. El agua potable había empezado a escasear.
La crecida de las aguas hacía intransitables las vías e impedía los esfuerzos de llegar por aire a las comunidades cercanas a la principal ciudad de la región, Pemba.
Las autoridades se preparaban para un posible brote de cólera ya que algunos pozos estaban contaminados y escaseaba el agua potable.
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Las fuertes lluvias en Pemba causaron deslizamientos de tierra. Los habitantes de un barrio pobre buscaba a los muertos entre el lodo el lunes, luego que dos viviendas fueron aplastadas por el colapso de un basural, dijo uno de los residentes, Manuel Joachim.
Lograron sacar el cadáver de una mujer, destacó.
Poco después las cuadrillas de rescate vieron dos manos saliendo del lodo. Ataron una soga a una de las manos para tratar de jalar el cuerpo, pero empezó a llover intensamente.
Se calcula que cinco personas están muertas allí bajo el lodo, dijo Joachim.
En otras zonas de Pemba la gente trataba de volver a la normalidad. En una escuela, niños con sus uniformes azules entraban a sus aulas. Varios comerciantes sacaban sus productos a la calle, en mesitas o en el asfalto, mientras otros se dedicaban a sacar los escombros de las viviendas y terrenos.