El parque nacional La Montaña de Ávila, cubierta de árboles, que se eleva sobre la capital venezolana, se está transformando en un baño público en medio de un empeoramiento de las fallas eléctricas que están perturbando la vida de los venezolanos.
Cada día, cientos de personas sin agua corriente caminan por los sinuosos senderos de Ávila para bañarse, lavar ropa y recoger agua para llevarla a casa como explicó la ama de casa, Yudith Contreras.
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Para consternación de los activistas ambientales, están llenando sus laderas y arroyos con champú y botellas de agua, envolturas de alimentos, cartón y ropa vieja.
El parque nacional de 81.800 hectáreas ha atraído a cientos de visitantes diariamente desde que el 7 de marzo se produjo un apagón masivo en todo el país.
La invasión de los desesperados habitantes de Caracas ha alarmado a los ambientalistas que temen que deje daños irreversibles.