NUEVA YORK (AP) — Venezolanos en Nueva York recibieron el martes a Fabiana Rosales, esposa del autoproclamado presidente interino venezolano Juan Guaidó, con aplausos, besos y selfies en una pequeña iglesia de Manhattan en la que ella les pidió que transmitan por sus teléfonos “lo que pasa en nuestro país” y no permitan que el actual gobierno venezolano les “quiebre la moral”.
Rosales, vestida en un traje gris, transmitió mensajes de ánimo tras asistir a una misa en la iglesia Santa Teresa junto a Aminta Pérez, la madre de Oscar Pérez, un expolicía venezolano rebelde que murió el año pasado en una operación de las fuerzas de seguridad. Esta fue la primera parada de Rosales en Estados Unidos tras haber concluido una gira por países como Chile y Perú para sumar apoyo internacional a su causa.
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“No es que llegó la esperanza, es que renació entre nosotros la ilusión de ser venezolanos”, dijo Rosales por un micrófono a la multitud congregada en el sótano de la iglesia después de la misa.
Estados Unidos y más de 50 gobiernos en el mundo reconocen a Guaidó como el presidente legítimo del país y alegan que la reelección de Nicolás Maduro fue fraudulenta.
Rosales planea viajar el miércoles a Washington DC y reunirse con el vicepresidente estadounidense Mike Pence. El jueves viajará a la Florida para reunirse con la primera dama estadounidense Melania Trump en el club de Mar-a-Lago, en Palm Beach.
Periodista de profesión y militante del opositor Partido Voluntario Popular, Rosales dijo que está segura de que Guaidó visitará pronto “oficialmente” Estados Unidos como presidente de Venezuela.
“No podemos permitir que nadie nos robe la democracia”, dijo desde una tarima en referencia a Maduro. “No podemos permitir que alguien lleno de odio nos divida”.
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Rosales llegó a la iglesia rodeada de agentes del servicio secreto estadounidense, quienes permanecieron cerca de ella durante la misa. La venezolana leyó una lectura del profeta Daniel y saludó y abrazó a miembros del público que se acercaban a saludarla. Durante la misa se pidió a la comunidad que llenó la iglesia que donen dinero para mantener a Pérez, quien vive en Nueva York y ha pedido asilo.
Rosales también habló con periodistas al llegar a Santa Teresa. Se le preguntó por un incidente durante el cual supuestamente se lanzó gas lacrimógeno a Guaidó el martes mientras éste se encontraba en el interior de un vehículo en Caracas. “Una vez más denunciamos que a Juan Guaidó buscan acabarlo”, dijo Rosales, quien calificó lo ocurrido como un atentado. “Es muy grave, muy lamentable”.
La venezolana dijo que habló con su esposo tras el incidente y que éste le dijo que estaba bien y que estuviera tranquila. Rosales también dijo que el martes no pudo comunicarse con familia suya en el interior del país debido a un apagón que afecta a gran parte de Venezuela.
“Hoy muchísimos niños se están muriendo en los hospitales porque no hay luz”, destacó.
En Estados Unidos Rosales dijo que espera recaudar insumos para la gente de su país. Unos 498.000 venezolanos, la gran mayoría de ellos nacidos en la nación sudamericana, viven en Estados Unidos, de acuerdo con el Center for Migracion Studies.
Rosales destacó que ella y su esposo están trabajando para que la diáspora venezolana pueda regresar al país latinoamericano. En un momento dado el público de la sala gritó: “¿Quién somos? ¡Venezuela! ¿Qué queremos? ¡Libertad!”.
“Venezuela decidió cambiar y el 2019 es el año de la paz, de la reconstrucción y de que venezolanos vuelvan a casa”, dijo Rosales.