La migrante hondureña María Isabel López afirmó que los atacantes arrojaron agua y escupieron a los migrantes. Aparentemente también les tiraron recipientes con orina. Los voluntarios que se acercaron a ayudar agregaron que la policía les impidió acceder al área. “Ahorita que venimos a dejarles (ropa) y nos prohíben la entrada y viene la lluvia, traemos carpas para la gente, y (las autoridades) no quieren”, comentó la voluntaria Adriana Cervantes. La semana pasada, las autoridades de la ciudad comenzaron a trasladar a los migrantes del albergue en el Centro Deportivo Benito Juárez a una nueva instalación en El Barretal, debido a sus condiciones insalubres. Algunos migrantes se negaron al traslado, argumentando que había una mayor distancia a la frontera. Si bien las autoridades prometieron no llevar a cabo desalojos forzosos, los agentes cortaron los servicios en el Centro Deportivo Benito Juárez para obligar a los migrantes a abandonar el área. Más de 5.000 migrantes procedentes de América Central esperan junto a la frontera de los Estados Unidos después de viajar más de 4.000 km formando parte de una caravana humana. Su objetivo es tratar de conseguir asilo en los Estados Unidos para escapar de la pobreza y la violencia en sus países de origen. Ruptly
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