Cuando los obispos católicos de Estados Unidos se reúnan la próxima semana en una asamblea nacional, la crisis de los abusos sexuales cometidos por sacerdotes predominará en su agenda en un momento en que los detractores piden a los líderes de la Iglesia que realicen de una vez por todas reformas realmente significativas para erradicar a los curas que actúen mal.
La asamblea de tres días iniciará el lunes en Baltimore tras una serie de escándalos de abusos sexuales que salieron a la luz este año y que han resultado impactantes dada su magnitud y cantidad.
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Los obispos deberán sopesar varias reformas para elaborar una respuesta más contundente a los escándalos, pero algunos activistas católicos están exigiendo mayores medidas, como la divulgación de los nombres de todos los sacerdotes acusados de abuso y conceder mayor espacio a las voces de las víctimas de abuso. Una coalición de católicos interesados, el movimiento 5 Tesis, planea pegar sus propuestas de reforma el domingo en las puertas de iglesias de Baltimore y otras comunidades.
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La crisis de abusos es el mayor de varios desafíos que confrontan los líderes católicos, que enfrentan además presiones encontradas sobre el papel de las mujeres y personas de la comunidad LGTB en la Iglesia. Si bien la población católica en Estados Unidos ha ido creciendo, la mayoría de los católicos raras veces acude a misa, y el número de sacerdotes y monjas activas sigue en declive.
Estableciendo el tono para la asamblea nacional, el presidente de la conferencia de obispos, el cardenal Daniel DiNardo, de Galveston-Houston, pidió a sus colegas que pasaran los próximos días “en intensa” oración, ayuno y penitencia.
Los obispos considerarán nuevas medidas para vigilar a su base en casos de abuso, y probablemente aprobará una pesquisa de expertos de agencias del orden sobre el manejo del escándalo relacionado al excardenal en Washington, D.C.
“Los obispos están bajo bastante escrutinio y presión para que den resultados en estas dos áreas”, dijo el reverendo Thomas Berg, director de admisiones del Seminario St. Joseph’s en Yonkers, Nueva York.
En julio, el papa Francisco removió al líder de la Iglesia estadounidense Theodore McCarrick de su puesto de cardenal luego que investigadores de la Iglesia consideraron creíble la acusación de que él manoseó a un monaguillo en la década de 1970. Después, varios exseminaristas y sacerdotes reportaron que ellos habían sido víctimas de abusos o acosos de McCarrick siendo ya adultos, desatando un debate sobre quiénes pudieron estar enterados de esos casos y haber encubierto la conducta del ahora excardenal.