WILMINGTON, Carolina del Norte, EE. UU. — Con una de las ciudades más grandes de Carolina del Norte prácticamente aislada debido a las inundaciones causadas por el huracán Florence, las autoridades comenzaron a distribuir alimentos, agua y carpas a los residentes de Wilmington mientras más personas eran rescatadas de barrios tierra adentro sumergidos bajo el agua.
Los trabajadores comenzaron a entregar las provisiones a los residentes varados en la ciudad de 120.000 personas la mañana del martes, dijeron funcionarios del condado.
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Un camino se abrió brevemente hacia Wilmington, dijeron los funcionarios, y los artículos fueron llevados a la ciudad en camiones militares y helicópteros, que también han sido utilizados para recoger a cientos de personas de techos de casas y otras estructuras.
“Gracias”, expresó un agotado Willie Schubert a los tripulantes de un helicóptero de la Guardia Costera que lo recogieron a él y a su perro Lucky del techo de una casa rodeada de agua en Pollocksville. Se desconoce cuánto tiempo llevaba allí.
La cifra de muertos a consecuencia del meteoro se elevó a cuando menos 34 en tres estados, 26 de ellos fueron en Carolina del Norte, cuando los remanentes del alguna vez poderoso huracán categoría 4 _ ahora reducido a una masa de baja presión _ dejó caer lluvias en el densamente poblado noreste.
En algunos sitios finalmente dejó de llover y el sol se asomó, pero el gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, advirtió que el agua permanecerá peligrosamente elevada durante días. Exhortó a los habitantes que fueron evacuados de las áreas más golpeadas a que no regresen debido a que aún hay caminos cerrados e inundaciones que sumergieron comunidades enteras.
Equipos de trabajadores de servicios públicos de varios estados trabajaron para restaurar el poder y los apagones se habían reducido de más de 900.000 hogares y comercios a alrededor de 320.000 en todo Carolina del Norte.
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Los equipos de emergencia han efectuado unos 700 rescates en el condado New Hanover, donde más del 60% de las viviendas y los negocios carecen de servicio eléctrico, señalaron las autoridades.
Para empeorar las cosas, líneas eléctricas derribadas y árboles rotos atravesaban muchos caminos en Wilmington tres días después de que Florence tocó tierra. En los golpeados vecindarios flotaba el olor a pinos rotos.
En la Casa Blanca, el presidente Donald Trump dijo que casi 20.000 efectivos militares y trabajadores federales fueron emplazados para que ayuden en la recuperación.