Para finales de 2017, cuando fue anunciado el compromiso de Meghan Markle y el Príncipe Harry, de inmediato salieron a relucir todos los detalles de la futura esposa del príncipe y sin duda, un gran detalle convertía este compromiso en algo para nada tradicional, era la condición de mujer divorciada de Meghan la que la convertía en una verdadera razón de peso, pues rompía por completo las reglas algo obsoletas, de la casa real.
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Haciendo un poco de historia, antes de conocer al Príncipe Harry, Meghan estuvo casado con el productor Trevor Engelson, la feliz pareja mantuvo su relación específicamente por dos años antes, justo de separarse, los documentos del divorcio, claramente se filtraron cuando se anunció a Meghan como la prometida de Harry, y allí se pudo leer que aquel primer matrimonio había terminado por diferencias irreconciliables, algo bastante ambiguo y que no determinaba nada.
Pero no es hasta ahora, que una antigua amiga de Meghan, identificada como Ninaki Priddy, y que además fue dama de honor en aquella boda de Markle con Engelson, reveló a Daily Mail que la razón del divorcio entre ambos fue precisamente la carrera de Markle, la que llevó al fracaso aquel matrimonio. Meghan había empezado el proyecto de ’Suits’ que la requería en Canadá, mientras que su entonces esposo se desempeñaba como productor en Los Ángeles, siendo la distancia, determinante, entre ambos, hasta que un buen día lo admitieron y se divorciaron.