Falta de electricidad desde el huracán Irma, niños sin guaguas escolares ni acceso cercano a escuelas y falta de agua potable durante horas continuas se encuentran entre las denuncias hechas hoy por residentes del barrio Maricao de Vega Alta, quienes se sienten discriminados por el gobierno central.
Aunando esfuerzos con residentes de Mavilla y sectores aledaños, los habitantes del barrio Maricao se lanzaron a la calle para denunciar la marcada discriminación que, alegan, ejercen en su contra el gobierno central, la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) y el Departamento de Educación.
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Indicaron que no tan solo se encuentran entre el por ciento de puertorriqueños que aún se encuentran sin servicio de energía eléctrica desde el paso del huracán Irma, sino que sus niños han sido olvidados y desde el cierre de la escuela Segunda Unidad Adelaida Vega, no cuentan con servicios de transportación provistos por el Departamento de Educación.
Para asistir a clases, en las escuelas receptoras, tienen que viajar en automóviles privados desde lugares tan remotos que tardan hasta 40 minutos en llegar dentro de un mismo municipio, indicaron.
La protesta fue impulsada por los líderes comunitarios Mari Carmen Pantoja y Domingo Butter, quienes bajo la lluvia, reunieron a adultos, ancianos y jóvenes para alzar su voz y reclamar que se ponga en vigor cuanto antes el plan de restablecimiento de energía para el barrio Maricao, Mavilla y zonas cercanas, donde no ha llegado hasta ahora ninguna brigada.
“Ha sido atropello tras atropello y ya estamos cansados”, afirmó Pantoja al denunciar que el gobierno y el Departamento de Educación, bajo la dirección de Julia Keleher, “nos cerraron nuestra única escuela, Segunda Unidad Adelaida Vega, el pasado agosto que contaba con una altísima matrícula y dejaron a los niños desamparados, los dejaron a su suerte”.
“Los niños y jóvenes no tienen servicios de guaguas escolares para llegar al pueblo; luego llegó Irma y desde ahí se nos cayó el sistema de energía. Llegó María y la infraestructura quedó bien afectada como a todo el país”, detalló.
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Pantoja señaló que “estamos conscientes de la situación, pero a nosotros nos ha dolido mucho más pues vemos que por alguna razón, somos invisibles y ya lo que sentimos es un maltrato que no entendemos”.
“En este barrio hay hasta hogares de niños con necesidades administrados por el Departamento de la Familia y viven cientos de personas necesitadas, ancianos, impedidos, es injusto y duro; nos sentimos maltrato”, adujo.