HUNTSVILLE, Texas, EE.UU. (AP) — Un delincuente sexual que fue sentenciado por matar al menos a cuatro mujeres, entre ellas varias hispanas y tres menores de edad, y violar a otras será ejecutado el jueves en Texas, la primera ejecución en Estados Unidos en 2018.
La fiscalía del condado Harris apodó a Anthony Allen Shore el “Asesino del Torniquete” por la forma como acababa con la vida de sus víctimas, usando un palo para apretar un cordón alrededor de sus cuellos.
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“Anthony Shore es lo peor de lo peor”, dijo el fiscal del condado Harris, Kim Ogg. “Es un asesino en serie. Le placía ver el sufrimiento de sus víctimas. Es apropiado para la pena de muerte”, agregó.
Shore fue condenado por el asesinato de María del Carmen Estrada, de 21 años, quien desapareció camino al trabajo la mañana del 16 de abril de 1992. Su cuerpo estrangulado fue hallado más tarde tirado en un carril de autoservicio de un Dairy Queen en Houston.
El asesinato quedó sin resolver durante más de una década hasta que una diminuta partícula hallada debajo de la uña de un dedo de Estrada igualó al ADN de Shore, quien para entonces ya era un delincuente sexual acusado y su ADN estaba en la base de datos.
Cuando la policía lo arrestó, Shore _quien trabajó como conductor de una grúa, reparador de una empresa de telefonía y músico a tiempo parcial_ confesó haber matado a Estrada y a otras tres personas.
El cuerpo de Laurie Tremblay, de 15 años, fue hallado junto a un basurero afuera de un restaurante en Houston en 1986; Diana Rebollar, de 9 años, fue secuestrada mientras iba camino a una tienda en 1994; y Dana Sánchez, de 16, desapareció pidiendo un aventón a la casa de su novio en Houston. Al menos tres de ellas también fueron abusadas sexualmente.
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Un jurado lo condenó en 2004 de asesinato capital por la muerte de Estrada. Después de cuatro días de enjuiciamiento y evidencia sobre los otros tres homicidios y escuchar el testimonio de tres mujeres que acusaron a Shore de violación, el jurado recomendó la pena de muerte.
La fiscalía dijo que las apelaciones de Shore ya se agotaron y la Corte Suprema se negó a revisar su caso.