Habían planeado durante meses el viaje con el que celebrarían el trigésimo aniversario de la finalización del colegio secundario. Incluso algunos habían ayudado a costear el pasaje de otros para reunirse los 10 en Nueva York. Pero el viaje se convirtió en tragedia cuando un terrorista los arrolló mientras pedaleaban por una estrecha vía del sur de Manhattan.
Cinco de los 10 argentinos que conformaban el grupo fallecieron en el ataque y uno es tratado en el Presbyterian Hospital de Manhattan.
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En el atentado perpetrado por el uzbeko Sayfullo Saipov el martes perecieron Ariel Erlij, Hernán Diego Mendoza, Diego Enrique Angelini, Alejandro Damián Pagnucco y Hernán Ferruchi. Martín Ludovico Marro, que reside en la zona de Boston, continúa hospitalizado.
Cecilia Piedrabuena, esposa del arquitecto Ariel Benvenuto -uno de los sobrevivientes y socio fundador con Mendoza del estudio Amascuatro- dijo el miércoles a The Associated Press que la camioneta pasó a gran velocidad pero su marido “pudo esquivarla”.
En un video grabado por Benvenuto y difundido por la televisión argentina se ve a los hombres felices y distendidos, pedaleando en filas de a dos, minutos antes de la tragedia.
Habían partido del Central Park y pasado por la Universidad de Columbia bordeando el río Hudson camino hacia el sur, detalló a AP Juan Pablo Trevisan, otro sobreviviente.
“Hace seis meses que planeaban el viaje. Se ayudaron entre todos para costear el pasaje”, indicó la mujer, a quien su marido llamó desesperado desde el lugar inmediatamente después del ataque con un teléfono que le había prestado un agente de policía.
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Piedrabuena también contó a medios de prensa que su esposo sintió cómo aceleraba la camioneta. “Me dijo: ‘Nunca me voy a olvidar la imagen de mis amigos tirados en el piso’”, contó la mujer.
Erlij, director ejecutivo de Ivanar, una compañía argentina de productos de acero, fue clave para financiar el viaje.
Ocho de los que integraban el grupo viajaron desde la ciudad de Rosario, ubicada 300 kilómetros al norte de Buenos Aires. Antes de partir se fotografiaron abrazados en el aeropuerto luciendo camisetas blancas que llevaban escrita la palabra “Libre”. Marro viajó desde Boston y otro amigo ya estaba en Nueva York.
Así se sentían, “libres de obligaciones y ataduras”, celebrando décadas de amistad, dijo Piedrabuena.
En el ataque también murieron dos estadounidenses y una mujer belga.
El atentado sumergió en el dolor a Rosario. Las autoridades y alumnos del Instituto Politécnico Superior General San Martín, en el que estudiaron los 10, destacaron el compañerismo que unía a los fallecidos.
“Es un golpe muy duro… Nos duele mucho pensar que es gente que caminó los mismos pasillos que nosotros “, dijo a AP Agustín Riccardi, alumno de sexto año y presidente del centro de estudiantes.
La hermandad impera en ese exigente centro preuniversitario que ocupa toda una manzana del corazón de Rosario y a cuyos egresados se los considera de muy alto nivel intelectual.
Alicia Oliva, vicedirectora del instituto, destacó a AP “los vínculos sumamente profundos” que se crean entre los exalumnos y que “sobreviven con el tiempo”.
Los más de 1.300 alumnos del colegio conocido como “el Poli” fueron convocados a primera hora del día en el patio central para un homenaje a los fallecidos. La bandera argentina ondeará a media asta en el patio toda la semana.
En tanto, la municipalidad de Rosario declaró tres días de duelo.
Las autoridades de la provincia de Santa Fe, donde se encuentra Rosario, señalaron que los fallecidos eran profesionales “muy conocidos” y que procederán a realizar los trámites para repatriar los cuerpos.
El presidente Mauricio Macri expresó su dolor a la salida de un acto público. “Todos quedamos muy golpeados cuando nos enteramos que cinco de los ocho muertos eran rosarinos llenos de entusiasmo que fueron a hacer gala de una de las cosas más lindas que tenemos los argentinos, que es la amistad”, dijo Macri a periodistas.
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