Unos 5,000 efectivos de la Guardia Nacional son protagonistas de la mitigación de la emergencia que vive Puerto Rico tras el paso de huracán María, sobre todo en las áreas de seguridad y transportación de suministros.
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De acuerdo al general de brigada José Reyes, de la cifra total unos 3,200 son de Puerto Rico y continúan enfocados –a 13 días del fenómeno atmosférico– en la repartición de comida y agua.
Asimismo, Reyes informó a Metro que poseen dos batallones de policía militar que cada uno suma 600 personas. Anoche, además, llegaron unos 200 efectivos también de la policía militar del estado de Luisiana.
Sobre el mando de las operaciones terrestres en Puerto Rico, el general manifestó que no están interfiriendo con la labor de la Policía, sino que han trabajado “sincronizados”.
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“Hay una sincronización. Ciertamente los efectivos de la guardia nacional no solo de Puerto Rico, sino de otros estados, colaboran y apoyan los esfuerzos de la Policía. Pero la Policía tiene control de su operación y nosotros lo que hacemos es aumentar los esfuerzos de ellos”, afirmó el funcionario.
Comentó, además, que los militares que brindan seguridad también sirven para relevar a los uniformados de sus turnos para que así puedan “atender a sus familias”.
De otra parte, hasta el momento, según informó Reyes, han repartido sobre medio millón de comida. De ahora en adelante también brindarán transportación a los alcaldes para que puedan acceder a los alimentos que están en los 11 centros regionales alrededor de la isla.
En términos de salud, es altamente comentado la pronta llegada del buque US Confort, un barco hospital con unas 1,000 camas disponibles. Empero, la Guardia Nacional, sostuvo Reyes, espera que en los próximos días poder habilitar en Puerto Rico un hospital militar de 44 camas.
Reyes no especificó donde será la instalación, pero aclaró que tomaría unas 4 o 5 cuerdas de terreno.
Al momento, unos 51 hospitales del país están trabajando con generadores de electricidad.
En torno a la represa Guajataca, Reyes comentó que la ruptura en su superficie continúa preocupando a autoridades como el Cuerpo de Ingenieros de los Estados Unidos.
“Hemos hablado de traer unas súper bombas para sacar el agua del lago y poder bajar los niveles y la presión de la represa”, concluyó.