El Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín era ayer la válvula de escape de decenas, sino cientos, de pasajeros que por fin lograban salir de la isla, en medio del caos que vive Puerto Rico una semana después del paso del huracán María.
“Compré un pasaje dos días después del huracán. Vine el viernes (al Aeropuerto) que fue 22 de septiembre y esperé cuatro horas y no me pude ir. Hoy (ayer) regresé y he estado desde las 8:30 de la mañana”, explicó Angélica Velázquez, psicóloga del Departamento de Educación que partía temporeramente hacia Nueva York, dada la crisis que enfrenta el país.
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A las 2:00 de la tarde de ayer, Velázquez no lograría su vuelo directo a NY, sino que una aerolínea distinta a la que originalmente compró un boleto, la llevaría hasta Chicago para luego llegar a su destino final.
“Es una situación muy difícil. Entiendo que dentro de todo las personas se han mantenido con buen ánimo, pero es bien difícil”, indicó la psicóloga de 28 años. No obstante, la joven profesional decidió partir por un tiempo de la isla.
“Ajustarse a un estilo de vida, sin luz y agua es bien incómodo. Mi apartamento se le metió el agua. Mi baño es exterior y se derrumbó. Estoy sin trabajar ahora mismo y ante la situación de no tener agua ni luz, decidí irme”, indicó la psicóloga de 28 años”, añadió la residente de San Juan.
De acuerdo Damarisse Martínez, portavoz de Aerostar Holdings –empresa que opera el Aeropuerto Internacional, ayer salieron 12 vuelos comerciales desde el Aeropuerto Internacional. La portavoz añadió que hay unas 20 mil personas en la lista de espera de vuelos que habían sido cancelados por el paso de María y los pasajeros que han comprado sus boletos de avión en días recientes.
Según informó el lunes la Agencia Federal de Aviación (FAA), la cantidad de vuelos debe aumentar a medida que continúen los esfuerzos por restablecer los radares, sistemas de ayuda de navegación y otros equipos afectados por el huracán María.
Mientras tanto, las personas siguen llegan a las filas. Aida Vázquez, de 71 años, esperaba junto a su hija y un nieto poder abordar un avión rumbo a Florida. Aunque Vázquez no viajaría en principio a unas competencias en las que participaría su nieto en dicho estado, ante el la situación que enfrenta Puerto Rico, su hija decidió llevarla consigo.
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“No me quiso dejar sola y me montó”, expresó la mujer, recordando una semana después la furia del huracán María sobre la isla. “Yo pasé Hugo, George, y como esto jamás, esos vientos horribles, el ruido bien duro”, dijo.
Aida Vázquez saldrá de la isla un par de semanas, esperando que al volver la situación en Puerto Rico haya mejorado. / Foto: Miguel Dejesús
Su casa en Carolina no sufrió daños, aunque todavía no tiene servicio de agua ni energía eléctrica, al igual que miles de boricuas. Vázquez apuntó que hay que “tratar de echar hacia delante. Yo no me quedo por allá, yo vuelvo para lo que pueda servir”.
Mientras la fila caminaba lentamente, las historias continuaba surgiendo. Merlie Hernández llegó a la isla de vacaciones desde Orlando, Florida, poco antes del paso del huracán Irma. Si bien ese sistema no afectó a Puerto Rico como al resto de las islas caribeñas, la boricua residente en Orlando permaneció en Puerto Rico junto a su familia en Bayamón. Cuando pensaba quizás que disfrutaría algo de sus vacaciones con sus seres amados, el huracán María la atrapó en medio del desastre.
“No pudimos hacer nada, esto hah sido un caos terrible de verdad. Hemos pasado huracanes, pero esto ha sido una cosa devastadora, bien triste”, dijo la mujer de 44 años, añadiendo que “esto ha sido bien cuesta arriba. Milagrosamente encontramos un pasaje y lo compramos rápido. Luego a la hora creo que los pasajes habían subido de $80 estaban casi en $400″.
Merlie Hernández vino a Puerto Rico a pasar unas vacaciones junto a su familia, aunque el huracán Irma y luego el huracán María alteraron sus planes. / Foto: Miguel Dejesús
Hernández, quien tenía un pasaje desde la pasada semana, regresaba ayer a Orlando y hoy se iría una de sus hermana. El plan de ambas es que su papá, de 73 años, viaje lo antes posible a la Florida, luego de que el techo del segundo nivel de la residencia del hombre fuera arrasado por María. Desde Florida, planifican realizar los trámites correspondientes de reclamación a la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés). Mientras tanto, un vecino cuidará de su papá en Bayamón.
Según indicó la portavoz de Aerostar Holdings, el Aeropuerto espera que hoy aumente a 17 la cantidad de vuelos comerciales que salen desde Puerto Rico, mientras los vuelos internacionales continúan espera.
Entre los cientos que salían de la isla, también se encontraban estudiantes extranjeros que regresarían a casa de su familia en Estados Unidos, al menos hasta que la situación en Puerto Rico se estabilice y las universidades reanuden clases.
“Nos vamos a dar un tiempo mientras nos llaman de nuevo a clases y vamos a regresar”, Rosa María Becerra, estudiante de enfermería en la Universidad Adventista de las Antillas en Mayagüez.
Becerra, de 41 años, relató la experiencia vivida los pasados días en la isla. “Muy difícil, porque tuvimos que esperar a agarrar señal y luego después de eso tuvimos que decirles a nuestros familiares que nos lo compraran y esperar a agarrar senil de nuevo para que nuestros familiares nos dijeran qué vuelo es, agarrar transporte para venir de Mayagüez a San Juan y es un proceso largo”, dijo la estudiante de 41 años. Junto viajaría su amiga, Liliana Martínez, de 21 años, también estudiante de enfermería. Ambas son de nacionalidad mexicana y residen en California, hacia donde se dirigían.
“Salimos mañana (hoy), vamos a dormir aquí afuera”, afirmó Becerra, añadiendo que era la primera vez que pasaban por la experiencia de un huracán. Para llegar a San Juan, aseguraron, tuvieron que pedir ayuda “casa por casa”, hasta que alguien las pudo transportar.
Asimismo, turistas que quedaron atrapados en la isla en medio del huracán, intentaban ayer regresar a sus casas luego de unas fallidas vacaciones.
“Llegamos el lunes antes de la tormenta para unas vacaciones de familia. No pudimos disfrutar nuestras vacaciones. Estuvimos encerrados en el hotel”, Bamika Delehoussay, de 40 años. “Fue muy difícil” conseguir los pasajes de avión”, añadió.
Ella y su familia llegaron al aeropuerto el lunes a las 6:00 de la mañana. Ayer, finalmente, tomarían un vuelo rumbo a Chicago para luego en otro avión llegar a su destino final en Louisiana.