La directora ejecutiva de Salud Integral en la Montaña, Gloria del Carmen Amador Fernández, informó sobre el colapso de diesel del generador eléctrico de la Sala de Emergencias de Orocovis y alertó sobre el próximo fin por el servicio de luz de los centros de Naranjito y Barranquitas.
“Hemos operado siete días con nuestra planta, pero los abastos no han llegado a nuestra área y ayer [lunes] se fue ’shutdown’ la planta de Orocovis. Aunque hemos hecho las gestiones con el alcalde y todo el personal de Orocovis así como el de Naranjito y Barranquitas, no ha sido posible llevar los abastos de diesel allá y tuvo que cerrar la sala”, dijo Amador Rodríguez en entrevista con este diario.
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Sobre 100 pacientes diarios han sido atendidos en los dichos centros. La mayoría de ellos han presentado arrestos cardiacos, infartos, accidentes con sierras eléctricas y una mujer dio a luz a su bebé en Orocovis en medio del huracán María. Esta fue transferida en buen estado de salud a un hospital de Manatí.
“Un hombre de una compañía casi se amputa la pierna con una sierra eléctrica. Muchos con heridas, una muchacha con una herida en la cabeza que casi le atravesó el cráneo con una puerta, son traumas bien delicadas”, indicó la directora.
Mientras, esta enfatizó que los Municipios [Naranjito, Orocovis y Barranquitas] han estado en la disposición de brindarle ayuda, pero ha sido envano. “Hemos tenido el apoyo de los Municipios, pero ellos tampoco tienen el apoyo para podernos suplir”.
El servicio de agua no fue afectado ya que las Salas de Emergencias cuentan con cisternas para suplir a los pacientes y personal de esos lugares. “Tenemos el personal, tenemos todo, pero no hay luz”, añadió.
Por su parte, Félix Ortiz, administrador de los centros de Barranquitas y Orocovis, expresó que: “nuestra mayor exigencia es tener el diesel para mantener las salas abiertas. La situación de estas salas es que son los únicos operando por esa área. Es prioridad tener este diesel y un camión cisterna que lo puedan transportar”.
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Ortiz se mostró preocupado porque no tener el servicio de energía eléctrica podría desarollar un problema de salud pública en esos pueblos. “Mucha gente no va a tener acceso para ir a Bayamón, Aibonito o Manatí por que no tienen gasolina”.
Otra preocupación es que hay un hombre muerto en el centro de Barranquitas, el cual llegó de un refugio en ese pueblo. “Lleva cinco días allí y aunque la sala tiene aire condicionado y el proceso de descomposición es más lento, esto podría crear un problema de bacterias brutal allí”, dijo Amador.