Ante la cantidad de emergencias que continúan surgiendo en el país, la falta de sistemas y comunicación y energía eléctrica, el gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló Nevares, extendió hasta el domingo a las 6:00 de la mañana el toque de queda que entró en vigor el miércoles, como medida de seguridad tras el paso del huracán María sobre la isla.
“Todavía estamos dentro del protocolo del peligrosidad. Hemos alertado a la ciudadanía que si no tienen que estar en la calle, no lo estén y si están en refugio seguro que se queden ahí”, apuntó Rosselló Nevares, quien dijo que al momento había siete muertes certificadas directamente relacionadas al huracán, aunque luego la cifra fue corregida a seis fallecidos.
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“Ahora mismo lo primordial es salvar vidas, ha sido difícil ver el deterioro de infraestructura en Puerto Rico, pero más difícil aún es encontrarte con ciudadanos que lo han perdido todo” apuntó el gobernador, al tiempo que estimó que “toda casa vulnerable en Puerto Rico fue parcial o completamente destruida”.
Ayer el gobernador recorrió en helicóptero el litoral noreste de Puerto Rico para divisar daños y dijo que no pudieron entrar hacia la zona montañosa por las condiciones del tiempo. De esa zona el gobierno central no pudo ofrecer detalles. Tampoco ofreció detalles sobre el oeste y sureste de Puerto Rico, por donde entró el huracán. Se trata de zonas del país que hasta ayer continuaban prácticamente incomunicadas con el gobierno central.
Respecto a la energía eléctrica, el país continúa prácticamente en su totalidad sin servicio. “Algunas de las estructuras de transmisión sí colapsaron. Aquí hay daño severo y todavía no hemos entrado en el área de la montaña y el sureste”, dijo.
Sobre el Centro Médico en Río Piedras, se informó que los servicios ambulatorios se cancelaron y que están operando solamente para atender emergencias. En términos de refugiados, la cifra se elevó ayer a 15 mil aproximadamente, informó el secretario de la Vivienda, Fernando Gil Enseñat.