Un grupo de ciudadanos se unió hoy para establecer un centro de acopio en Loíza y, así, ayudar a los cientos de compueblanos que perdieron sus hogares tras el paso de huracán Irma .
“Se ha establecido el Centro de Acopio en la Casa Parroquial, frente a la iglesia Espíritu Santo y San Patricio en la plaza pública como el lugar más adecuado. Su espacio y accesibilidad es ideal para este esfuerzo”, informó la alcaldesa, Julia Nazario Fuentes, en un comunicado de prensa.
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La líder municipal explicó que, ante las ofertas de colaboración de distintas empresas, individuos, iglesias y organizaciones, determinaron hacer un junte de voluntades. La Casa Parroquial estará disponible para recibir artículos como alimentos empacados, agua, ropa de hombre, mujer y niños. Asimismo, se podrá traer ropa de casa y artículos de higiene personal.
El horario de atención es desde hoy, domingo 10 de septiembre, hasta que dure la emergencia durante las 8 de la mañana y las 5 de la tarde.
“Estamos muy agradecidos del párroco Rocendo Herrera, un querido mexicano que ya es loiceño por adopción, quien accedió a prestar la Casa Parroquial”.
“Apelamos a la generosidad de todos los que puedan aportar al bienestar de estas familias que perdieron todo, desde sus casas y alimentos hasta sus artículos personales. En el caso de Loíza hemos censado más de 79 familias en estas condiciones y siguen apareciendo más. Precisamente ayer, sábado, estuvimos visitando varios casos con oficiales de FEMA en todos los barrios. Previamente enviamos un informe preliminar al Centro de Operaciones de Emergencia (COE) a nivel central, y esperamos por la declaración de ’zona de desastre’ para que estas familias puedan acceder a fondos federales”, informó Nazario Fuentes sobre los trabajos.
La alcaldesa destacó que su pueblo no sufrió “mayores secuelas” del huracán porque se trabajó intensamente en la limpieza de caños, quebradas y alcantarillas.
“Loíza es 90% inundable y por años la falta de un plan coordinado de mantenimiento provocó que, cada vez que venía al menos una vaguada, las inundaciones eran seguras. En ese sentido vamos a continuar esa labor de mantenimiento para que las inundaciones sean cosa del pasado. Nosotros vivimos abrazados por el mar, pero también por Boca de Cangrejos en Piñones, el Río Grande de Loíza por el mismo centro y el Río Herrera en la frontera con el pueblo de Río Grande. Gracias a todos los que puedan ayudarnos”, finalizó Nazario Fuentes.