KABUL, Afganistán — Las fuerzas de seguridad afganas con ayuda del apoyo terrestre y aéreo de Estados Unidos y la OTAN aniquilarán la filial del grupo Estado Islámico en el país y los restos de Al Qaeda, afirmó el jueves el comandante de las fuerzas estadounidenses en el país, general John Nicholson.
El militar también envió un mensaje al Talibán: “Dejen de luchar contra sus compatriotas. Dejen de matar a civiles inocentes. Dejen de sembrar las penurias y la miseria entre el pueblo afgano. Depongan las armas y súmense a la sociedad afgana. Ayuden a construir un futuro mejor para este país y sus propios hijos”.
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Nicholson y Hugo Llorens, encargado de asuntos de la embajada estadounidense, dijeron a la prensa en Kabul que la nueva estrategia anunciada el lunes por el presidente Donald Trump constituía una promesa a los afganos de derrotar juntos el terrorismo e impedir que grupos terroristas cuenten con refugios.
“No fracasaremos en Afganistán”, dijo Nicholson. “Nuestra seguridad nacional depende de ello, así como la seguridad de Afganistán y la de nuestros aliados y socios”.
Pero el vocero del Talibán, Zabihullah Mujahid, se mostró desafiante en una entrevista telefónica con The Associated Press: “No entregaremos nuestras armas a nadie y nuestro Talibán seguirá combatiendo hasta que el último soldado de Estados Unidos ya no esté aquí en Afganistán”.
Altos funcionarios estadounidenses dijeron que Trump enviaría como máximo 3.900 efectivos más, algunos de los cuales partirían casi inmediatamente. Pero Nicholson no habló de plazos y se limitó a decir que “en los próximos meses, fuerzas de Estados Unidos, Afganistán y la OTAN incrementarán su misión de entrenamiento, asesoría y ayuda en Afganistán. E incrementaremos nuestro apoyo aéreo a las fuerzas de seguridad afganas”.
Nicholson elogió en particular los comandos y fuerzas especiales afganas conocidas como Ktah Khas, al señalar que no habían perdido una sola batalla, y que había planes para duplicar sus efectivos.