Ayer, durante la Marcha del Orgullo 2017, la comunidad LGBTT del país dejó claro que la lucha por la igualdad continúa. Y, aunque la actividad fue una llena de color, risas y arte, este sector social siente que la diversidad aún no es entendida a plenitud por el Estado y algunas partes de la población puertorriqueña.
Por esta razón, además de ser una celebración, el evento —que comenzó en el Parque del Indio en Condado y terminó en el Parque del Tercer Milenio en San Juan— se transformó en un acto para crear conciencia.
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“Es importante porque, cuando se aprobó el matrimonio igualitario, mucha gente entendió que ya no había mucho más por qué luchar. La realidad es que nuestros compañeros trans siguen siendo discriminados. Nosotros seguimos siendo discriminados”, dijo Luis Conti, del Colectivo Orgullo Arcoíris, grupo encargado de organizar la marcha.
Asimismo, Conti tronó contra iniciativas de la Asamblea Legislativa, así como del sector privado que redundan en el discrimen contra la población LGBTT. Actualmente, la Cámara de Representantes evalúa el Proyecto de Ley para la Libertad Religiosa que, según expertos, como el abogado Osvaldo Burgos, del Comité Amplio para la Equidad, permitiría que empleados de las agencias públicas rechacen atender a personas de la comunidad LGBTT, anclados en su ideología religiosa.
Al final de la macrha, la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, develó un mural en honor a las víctimas de la discoteca Pulse. Los presentes, además, disfrutaron de actividades artísticas.
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