La investigación que supervisa el asesor especial, Robert S. Mueller III, sobre el papel de Rusia en las elecciones de 2016, incluye ahora un examen de si el presidente Trump intentó obstruir la justicia y han comenzado a entrevistar a altos funcionarios de inteligencia, aseguraron funcionarios a The Washington Post.
La decisión del asesor especial de investigar la conducta de Trump marca un importante punto de inflexión en la investigación del FBI, que hasta hace poco estaba centrada en la intromisión rusa durante la campaña presidencial y en si había alguna coordinación entre la campaña de Trump Y el Kremlin.
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De acuerdo a la publicación, los investigadores también han estado buscando cualquier evidencia de posibles crímenes financieros entre los asociados de Trump, dijeron funcionarios.
Según declaraciones del propio exdirector del FBI, James Comer, el presidente Trump había recibido garantías privadas a partir de enero de que no estaba personalmente bajo investigación. Funcionarios dijeron al Washington Post que eso cambió poco después del despido de Comey.
Cinco personas informaron sobre las solicitudes bajo condición de anonimato, porque no estaban autorizados para discutir el asunto públicamente. La investigación ha estado envuelta en secreto y no está claro cuántos han sido interrogados por el FBI.
Según el periódico, la Casa Blanca ahora envía todas las preguntas sobre la investigación de Rusia al abogado personal de Trump, Marc Kasowitz. “La fuga de información del FBI sobre el Presidente es indignante, inexcusable e ilegal”, dijo Mark Corallo, portavoz de Kasowitz.
