En estos momentos la amenaza real para el futuro de la Universidad de Puerto Rico (UPR) lo es el cierre por parte de los estudiantes, y dicha amenaza es al momento para los mismos estudiantes, profesores y personal docente y no docente de la academia. No es para el gobierno, la Junta de Supervisión Fiscal ni algún otro organismo externo a la Universidad.
La comunicación de que, al menos, 8 recintos fueron colocados en probatoria por la Middle States Commission (MSC) es un asunto más serio de lo que muchos piensan. Algo similar ocurrió hace unos años, y como el escollo fue superado, luego de mucho tiempo y trabajo, pues parece entendemos eso es una bobería que resolveremos en cuestión de na’ y pa’ lante. La UPR no puede caer en ese proceso con frecuencia porque eso no es un juego de gallitos y jerezanas. Es un asunto muy serio.
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Ciertamente la carta advierte que, además de la huelga, la inestabilidad económica en que se encuentra la academia es una de las razones para la probatoria. No obstante, mientras los portones se mantengan cerrados, sin que haya entrado algún recorte, la responsabilidad del daño que se le está haciendo a la Universidad es de los estudiantes, profesores, personal no docente y elementos externos que apoyan el cierre.
Hace unos días, a raíz de una opinión del Departamento de Justicia, se anunció que no se pagará la próxima quincena a los profesores que no brinden sus clases. ¿A quién en Puerto Rico le pagan su salario por no rendir servicios? La Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios (APPU), que apoya el cierre de los portones, ahora salió gritando que eso es ilegal. No sé, para mí ilegal es promover una paralización del sistema, no dar sus clases y pretender seguir cobrando como si nada. ¡Claro! Es dinero del pueblo…
Pregunté a la expresidenta Nivia Fernández hace unos meses si los profesores podían brindar sus clases fuera del campus y la respuesta fue que no. No recuerdo si era por requerimientos de acreditación, pero lo indicado fue que no se puede, tiene que ser dentro de la Universidad.
Me indicaban, por otro lado, que el profesor cobra por “horas contacto” y que dichas horas se honrarán cuando abran los portones, cuando se “normalice” la situación. Bueno, pues entiendo que cuando abran portones, se “normalice”, y hagan sus horas contacto, entonces deben cobrar. De otra parte, eso me levanta un cuestionamiento: si paramos las clases tres meses, ¿harán esas “horas contacto” en dos semanas o un mes cuando abran? Si esas horas contacto de 3 meses se pueden hacer en un período menor, pues, ¿no se le puede restar 2 meses al semestre académico y nos economizamos algo más en la universidad? Yo sé la respuesta. Si estuviéramos hablando de un desastre natural que afectó los salones o algo así, y que no permitiera brindar clases, podría entender que cobraran una o dos semanas sin poder dar las clases, y cuida’o. Es muy fácil apoyar un cierre en la UPR cuando el cheque sigue llegando a la cuenta de banco. ¡Así cualquiera!
Los portones cerrados son los que realmente están matando a la Universidad de Puerto Rico en este momento y cada uno de los que la mantiene cerrada son los responsables. La planta sigue deteriorándose y mientras más tiempo pase, costará más dinero ponerla al día para recibir a los estudiantes.
La Junta de Supervisión Fiscal sacó tiempo para atender en los pasados días a los estudiantes de la UPR, algo que no recuerdo hayan hecho con algún otro sector, y en ese sentido hubo el espacio para escucharlos. En La Fortaleza también se les ha brindado espacio para atenderlos, quizás con tiempo un limitado, pero también hay que considerar que fue algo de un momento para otro. La huelga lleva dos meses y respecto al recorte de 450 millones, por el momento, no creo el cierre de la academia haya logrado gran avance. Percibo que el tema de la UPR, en la ciudadanía general, comienza perder interés. Teniendo ese cuadro ¿que puede lograr el mantener los portones cerrados? Solo hacerle un daño monumental a la academia.