Janira Gómez Muñoz / MWN
Al final la incertidumbre no fue tanta. Pese a las dudas que provocó en muchos franceses la elección entre once candidatos, los favoritos en los sondeos fueron los ganadores de la primera vuelta a las presidenciales, celebradas este domingo. El candidato de centro, Emmanuel Macron, del partido En Marcha, y la candidata de extrema derecha, Marine Le Pen, del Frente Nacional, lucharán por la presidencia de Francia, en la segunda vuelta del próximo 7 de mayo.
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Se trata de dos candidatos en extremos opuestos que pondrán a Francia a seleccionar entre Europa o el nacionalismo. Macron, con un 23,24% de votos, y Le Pen, con un 22,79% de apoyo electoral —últimos datos al cierre de esta edición— pusieron punto final a más de 30 años de bipartidismo, dejando fuera del Palacio del Elíseo a Los Republicanos y al Partido Socialista, que hasta ahora se habían alternado en el poder. Unos resultados históricos, si se considera que el movimiento En Marcha de Macron tiene tan solo un año de vida, y que el legado de la familia Le Pen no había tenido tanto éxito desde que en las elecciones de 2002, el padre de Marine, también pasara a la final, aunque con menor porcentaje.
Lo que implican los resultados
Los resultados de esta campaña francesa dejaron en tercer lugar al conservador François Fillon (19,7%); en cuarta posición a la revelación de izquierdas Jean-Luc Mélenchon (18,9%); y totalmente al margen, al socialista Benoît Hamon (6,08%), que se llevó el golpe más grande. Aunque el mayor reto no lo enfrenta Hamon —quien ha pedido el voto para Macron como “adversario político” frente a “una enemiga de la República”—, sino los 47 millones de franceses que a partir de este lunes tendrán que decidir si votar a un candidato pro Unión Europea, proveniente de la banca privada, o a una candidata que apela al patriotismo y reniega de la inmigración y la globalización que desestabiliza al mercado y a los valores del país.
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Pero esta presión que ahora supone el votar sobre el futuro de Francia en Europa no describe en absoluto el ambiente electoral de esta pasada jornada. Aún desarrollándose durante el Estado de emergencia, esta primera vuelta transcurrió con mucha seguridad, 50,000 policías y 7,000 militares estaban desplegados. El ambiente era de tranquilidad en la mayoría de los 60,000 colegios electorales abiertos para atender la opinión de los franceses en las urnas. El miedo que había al abstencionismo se esfumó, pues solo hubo 23% de no participación.
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El discurso de Macron
“Es tiempo de liberar al pueblo francés, también al de ultramar, soy la candidata del pueblo y lanzo una llamada a todos los patriotas. No importa cuál sea su origen, la supervivencia de Francia es lo que está en cuestión”, pronunció como discurso Le Pen, ante la euforia de unos resultados exitosos para el Frente Nacional, que siempre había quedado anulado en la primera ronda del sistema presidencial. “En un año, hemos cambiado la cara de la política francesa. Juntaré a todos los franceses, llevaré a la segunda vuelta el optimismo y la esperanza para nuestro país y para Europa”, exclamaba vitoreado Macron, quien se ha convertido en el líder y la opción que reclaman el resto de candidatos y políticos, incluido el expresidente François Hollande, ante la ola nacionalista de Le Pen, que tanto apela al temor de un efecto Trump y un ‘Brexit’ para Francia. En menos de dos semanas, Francia tendrá que salir de esta encrucijada.
Protestas en París
Debido al resultado de las elecciones presidenciales, aproximadamente 300 manifestantes autodenominados “antifascistas” se manifestaron contra este hecho. Ellos enfrentaron a la policía , que terminó cortando la circulación hacia la plaza de la Bastilla. Se reporta que por ahora tres personas fueron arrestadas.
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