La policía y residentes de la zona persiguieron al animal por más de dos horas. El caos continuó incluso cuando ya le habían disparado 12 dardos tranquilizantes para calmarlo. Por suerte, el toro no hirió a nadie pero logró arrancar la puerta de un vehículo hasta que finalmente finalmente acorralado en el jardín de un vecino.
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