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Policía apuesta al video para esclarecer crímenes

Tan reciente como la pasada semana las autoridades hicieron público un video en el que se observan a tres sujetos cometiendo un robo en una de las oficinas comerciales de la AAA en donde se apropiaron de $24 mil.

El video del momento en que Carlos Gabriel Laster Ramos se hace pasar por médico para penetrar a una habitación del Hospital San Antonio en Mayagüez y asesinar inmisericordemente a una joven     que se recuperaba luego de haber dado a luz a un niño, constituyó una vital herramienta para la captura del sujeto lograda en menos de 24 horas.

Asimismo, los videos de las cámaras colocadas en las autopistas, en especial las del trayecto de San Juan a Río Grande, ayudaron a la Policía a identificar los individuos que siguieron hasta su residencia a la fiscal Francelis Ortiz Pagán y la ultimaron a tiros para apropiarse de su auto.

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Las grabaciones de las cámaras instaladas en lugares públicos o en propiedad privada se han convertido en un importante material en las investigaciones de casos criminales. 

Por ello, cada vez se torna más común que las autoridades ocupen videos de estos dispositivos de vigilancia que hayan grabado a personas cometiendo algún delito y lo publiquen en sus cuentas de redes sociales.

 

La intención es que la ciudadanía ayude a identificar las personas que aparecen en la imagen videográfica, acción que funciona a la brevedad, sostuvo a Metro el teniente coronel Roberto Rivera Miranda.

“La idea (de publicar un video) realmente es que alguien nos diga dónde localizarlo. Siempre surgen varias (llamadas) porque a veces es que se me parecen y resulta que no es, pero realmente al final del camino estamos dando con la persona que es”, teniente coronel Roberto Rivera Miranda.

“Esta herramienta (el video) ha sido sumamente efectiva, ya que nos ayuda a ampliar nuestras investigaciones. Cuando no existía teníamos que acudir a otras técnicas, ahora con esto de lo que es el video, una vez se postea llega a un sinnúmero de hogares y de personas y siempre hay alguien que llama y dice sé quien es y entonces comenzamos a identificar esas personas y nuestro proceso de identificación comienza a tomar forma”, destaca Rivera Miranda, poniendo como ejemplo el caso de un robo a mano armada en un establecimiento de bebidas en Comerío en junio pasado.

“Gracias al video del lugar se pudieron ver unos rostros y gracias a esos rostros y a la ayuda ciudadana una vez posteados a través de las redes comenzó a llegar la información de los posibles sospechosos y se les logró arrestar y radicarles cargos”, indicó el teniente coronel.

 

Acción parecida, dijo, se logró con la divulgación en las redes sociales y en vallas publicitarias de la imagen del asesino de la joven madre de Mayagüez, Shakira Sánchez Colón.

“Esos videos, tanto dentro del hospital como fuera, al postearse comenzó a llegar información que nos llevó a la casa del individuo donde incluso estaba el vehículo”, dijo Rivera Miranda, quien reconoció que antes de llegar a Laster Ramos, quien cumple una condena de 102 años de prisión por el homicidio, ya se habían entrevistado a tres personas con características similares a las del confeso asesino.

Sobre la cantidad de videos ocupados para esclarecer el caso de la fiscal, Ortiz Pagán ocurrido a mediados de enero, el teniente coronel dijo que se ocuparon más de 25 videos.

“Se vieron un montón de videos para poder establecer la ruta por la cual ella iba y en efecto saber si ese vehículo (el de los criminales) la siguió. Fueron muchos y muchas horas viendo videos”, declaró el oficial, quien supervisa todos los Cuerpos de Investigaciones Criminales a nivel isla.

 

Rivera Miranda reconoce que la obtención del video de algún delito ayuda a ampliar la parte investigativa del crimen y por ende su esclarecimiento, razón por la que entiende es necesario que la Uniformada continue atemperándose al avance de la tecnología.

Destaca que el proceso de ocupación del video de una cámara colocada en una propiedad privada se logra mediante la radicación de un recurso legal conocido como subpoena, el cual la Policía puede obtener en menos de 24 horas.

“Una vez identificamos que hay cámaras se consigue al dueño de la propiedad, se le explica la situación, se pide la subpoena que por lo regular conseguimos al día siguiente dependiendo la hora del evento”, cuenta el agente con más de 30 años en la Uniformada.

Admite que una de las situaciones que más frustra a los investigadores es divisar una cámara en el lugar donde ocurre algún incidente y que la misma no esté grabando.

“Definitivamente que sí, cuando ves las cámaras, ya decimos en nuestra mente bueno esperemos que estén grabando, si no está grabando pues entonces tenemos que continuar con la siguiente fase de la investigación que es continuar entrevistas, buscando quién vio algo así sea un vehículo o un número de tablilla. Pero esa situación de que hay momentos en que vamos a ver un montón de cámaras y no están grabando eso se da en varias ocasiones”, dijo Rivera Miranda, quien exhortó a los que las tienen en sus hogares o negocios a que las tengan funcionando.

“Es un recurso muy valioso, no sabemos cuándo nos toca y sería lamentable llegar a un lugar y ver cuatro o cinco cámaras bien posteadas y que nos digan yo las tengo ahí como un fake”, declaró.

Hasta el momento la Uniformada no lleva estadísticas de cuántos delitos a esclarecido gracias a los videos.  Tampoco quiso establecer por —“cuestiones estratégicas”— cuántas cámaras de seguridad tiene instaladas en las avenidas del país.

No obstante, en los últimos años es palpable el aumento de estos aparatos electrónicos en negocios y residencias.

Javier Marrero, presidente de Alpha One Security, dijo a Metro que en el 2003 el porcentaje de instalación de cámaras de seguridad era de un 20 % y que en 2016 ha aumentado a 90 %.

Sostiene que desde el 2007 el negocio de instalación de cámaras de seguridad, alarmas, control de acceso y guardia virtual mantiene un crecimiento anual de 20 a 33 %

El aumento lo atribuye a la escasez de empleo, lo que a su juicio redunda en un aumento en la criminal.

“La falta de empleo propicia la delincuencia, propicia que más personas se dediquen a robar o a comprar cosas robadas”, dice Marrero, quien sostiene que mientras continúe el desempleo, “los escalamientos van a seguir aumentando y la compra de sistemas de seguridad también”.

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