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A menos de 100 días

Al cumplirse hoy dos meses desde las primarias, y a menos de 100 días de las elecciones, no mucho ha cambiado en la contienda. Ambos partidos principales están en un estado de parálisis. De los candidatos independientes, solo Manuel Cidre se comunica con el público de manera consistente. Y el PPT y el PIP están abocados, nuevamente, a perder sus franquicias electorales, insistiendo en discursos y tácticas sesentosas. Todo esto obliga a diversas reflexiones en el plano estratégico.

¿A quién le conviene la parálisis? Una elección sin toma y dame le conviene al candidato que lleve la delantera en las encuestas. Uno de los fines de una campaña es obligar al contrario a reaccionar. Aníbal Acevedo Vilá, quien a inicios de 2004 estaba más de 10 puntos detrás de Pedro Rosselló, enfiló sus cañones hacia el exgobernador. Lo obligó a hablar sobre su pensión, los viajes al exterior para jugar tenis mientras alegadamente trabajaba en el gobierno en los 1960s, y la corrupción en su gobierno durante los 1990s. Rosselló, ya desquiciado, pero evidentemente no preparado para enfrentar a un candidato con hambre y sagacidad, lució mal en el primer debate y, peor, le regaló a Aníbal el apodo “alacrán”, usado a gran efecto por la campaña popular. De ahí en adelante la dinámica de esa elección cambió, con el resultado ya consignado en nuestra historia.

Si Ricky Rosselló tiene la delantera, el patrón de esta campaña le conviene. Solo tiene que sobrevivir otros 95 días, sin cometer errores y sin decir mucho, y debería poder ganar. Si, por el contrario, como señalan las encuestas internas de ambos partidos, Bernier lleva una leve delantera en este momento, la parálisis le conviene a él, con una importante advertencia: el desgaste de cualquier gobierno incumbente motiva a la oposición. Una contienda casi empate debe preocuparle al PPD, ya que la victoria dependerá de cuál partido moviliza y anima mejor a sus electores.

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¿Han sanado las heridas en el PNP? Por lo visto, no. Ayer, Ricky hablaba de una reunión con el alcalde de Guaynabo para sanar las heridas del proceso primarista. En los medios sociales, las cuentas pierluisistas comienzan a hablar de una candidatura del actual Comisionado Residente en el 2020. Y de todos es sabido que los operadores políticos de ambos bandos no se pueden ver ni en pintura y que la guerra entre ellos sigue activa.

Aun así, el PPD no ha sabido aprovechar estos dos meses desde el desenlace de la candidatura a la gobernación en el PNP. En mi columna luego de las primarias, dije que “[s]u debilidad actual hay que explotarla con sentido de urgencia y con una campaña sistemática. De lo contrario, la inercia se apoderará de la narrativa y llegaremos a las elecciones enfrentando un escenario muy distinto al presente.” Lamentablemente la inercia en efecto está obrando en esta campaña para detrimento de la candidatura popular.

¿Qué efecto tendrán los candidatos independientes? La gran incógnita gira en torno a los candidatos independientes. Popularmente se estipula que la base del PPD es más susceptible a cruzar líneas y buscar otras alternativas fuera de la colectividad. Sin embargo, hasta el momento esas opciones han estado siempre dentro de partidos ideológicamente más a la izquierda.

Lúgaro y Cidre son fenómenos aparte. La primera apela principalmente a la juventud, segmento que por lo general rompe a favor del PNP. Con el tradicional desánimo en este sector, acentuado por desarrollos recientes en nuestra política, Lúgaro podría robarle un número de votos importante al PNP. Cidre, por otro lado, se ha decantado por la anexión, y con su plan de gobierno y proyección como hombre de negocios, podría ser una opción para el voto pierluisista que no ve en Ricky una alternativa real.

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