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Habla sobreviviente boricua de masacre en Orlando

"El hombre comenzó a disparar nuevamente a las personas que ya estaban muertas sobre el suelo, como para asegurarse de que estuvieran muertas"

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El joven de ascendencia puertorriqueña, Ángel Colón, relató desde el Orlando Regional Hospital Center la odísea que vivió dentro de la discoteca Pulse en Orlando, donde 49 personas murieron y otras 53 resultaron heridas luego de que un hombre entrara al lugar con un rifle y disparara a los presentes, en lo que se ha catalogado como la peor balacera en la historia de Estados Unidos y el peor ataque tras los ocurridos el 11 de septiembre de 2001 en Nueva York. 

“El domingo en la madrugada estábamos todos pasando un rato maravilloso, tomando unos tragos. Fue poco después de las 2:00 de la mañana, cuando ya nos estábamos despediendo, abrazándonos, había sido una noche maravillosa, estábamos riéndonos”, relató Colón.

“De momento, de la nada, comencé a oír disparos. Por un momento nos detuvimos y luego intentamos avanzar para salir corriendo. Desafortunadamente recibí tres impactos de bala en una de mis piernas y me caí. Intenté pararme pero había tiros por todas partes, la gente me pasaba por encima. Uno de los tiros me rompió el hueso de mi pierna izquierda, así que no podía siquiera caminar, simplemente me quedé ahí acostado y todo lo que podía oír era un tiro tras otro y todo el mundo gritando, clamando por ayuda”, continuó el joven, residente en Orlando.

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“El hombre entonces se fue a otro espacio de la discoteca y sólo podía oír más disparos. Luego él regresó a la parte donde yo estaba y comenzó a disparar nuevamente a las personas que ya estaban muertas sobre el suelo, como para asegurarse de que estuvieran muertas”, dijo.

“Los disparos estaban cada vez más cerca y pude ver que le disparó nuevamente a la chica que estaba al lado mío y yo solo seguía y pensaba, ‘yo soy el próximo, estoy muerto’, así que no sé como pero por la gloria de Dios, él disparó sobre mi cabeza pero me hirió la mano y luego una bala cayó al lado de mi cabeza. Yo no tenía ninguna reacción. Yo simplemente estaba ahí sobre el suelo, tratando de que él no se diera cuenta que yo continuaba vivo”, explicó Colón.

Aún tirado sobre el suelo, Ángel vio la luz al final del camino cuando la policía logró entrar a la discoteca y detener al atacante, que fue identificado como Omar Mateen. El joven boricua relató cómo un policía lo miró y confirmó que continuaba con vida, luego lo arrastró hasta la parte exterior del lugar, mientras veía todos los cuerpos sobre el suelo y más heridos. Fue traslado en ambulancia hasta el Orlando Regional Medical Center.

“La manera en que ustedes nos han ciudado (en refernecia a los médicos) es impresionanate. Si no hubiese sido por ustedes definitivamtne yo no estuviera aquí. Cada mañana, en medio de la noche y durante la tarde, ustedes han estado ahí y lo aprecio mucho. Los querré siempre por haber hecho eso por mi”, expresó Colón.

En el hospital, continúan 27 víctimas hospitalizadas, 6 de ellas en cuidado intensivo y estado crítico. El doctor Gary Parrish, director del Departamento de Emergencia del Orlando Regional Medical Center, relató que la madrugada de los eventos supieron que había ocurrido un tiroteo, pero no les sorprendió en principio.

“Esta es una sala de emergencia muy ocupada. Recibimos muchos heridos de bala y no pensamso que se tratara de algo fuera de lo común. Pero cuando comenzaron a llegar los heridos y las víctimas nos dimos cuenta de lo que estaba ocurriendo”, relató el doctor.

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