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Héctor Ferrer: “La gente me conoce”

Camino a primarias. El aspirante a la comisaría residente en Washington asegura que movilizará la diáspora puertorriqueña para ejercer presión en congresistas

Hay quien dice que la política puertorriqueña es un deporte, una especie de juego olímpico que se intensifica y alcanza su clímax cada cuatro años. No para todos es así. Para muchos se trata más bien de la expresión más clara de lo que es un sistema democrático, “un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”, según lo describió el presidente Abraham Lincoln.

“El proceso tiene que ser uno de participación. Cuando participas de tu derecho al voto, eso te permite entonces reclamar que el gobierno actúe de la manera que entiendes que debe actuar”, dice a Metro el precandidato a Comisionado Residente en Washington por el Partido Popular Democrático (PPD), Héctor Ferrer.

Así, de cara a las primarias del 5 de junio en las que se decidirán los candidatos oficiales a varios cargos políticos, Ferrer se lanza a la calle, con el propósito de mantener ese proceso activo, acercarse a las personas y proyectarse tal cual se describe: “Soy consistente y soy vertical en mis posturas, tengo carácter, he demostrado mi liderazgo”.  También busca alcanzar lo que en deportes llaman el “peak” de una carrera como deportista y en política el punto máximo de exposición, “para cuando la gente salga a votar tenga en mente quién yo soy, qué represento y por qué quiero que voten por mi”.

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Camino al punto de partida de una caravana que recorrerá Trujillo Alto, Carolina y Canóvanas, como parte de su campaña, el expresidente del PPD abunda sobre sus convicciones. “Parte del proceso político y eleccionario es que te mantengas en contacto con la gente”, dice. El también exbeisbolista sabe que el próximo cuatrienio traerá consigo retos especiales para el nuevo Comisionado Residente. Puerto Rico enfrenta la peor crisis fiscal en su historia y la relación política entre el Estado Libre Asociado y el Congreso de los Estados Unidos de América se sacude.

“Uno de los problemas mayores que hay en Washington es que los propios congresistas, muchos de ellos, no conocen qué es Puerto Rico”, puntualiza el precandidato.

“El próximo Comisionado Residente va a tener la obligación de comenzar unos procesos de cambio en la relación entre Puerto Rico con los Estados Unidos, una relación que va dirigida a buscar mayores poderes económicos, buscar paridad de fondos en los programas de Medicare y Medicaid, buscar la manera de flexibilizar la utilización de ciertos fondos que se dan a la Isla en bloque, llevar el mensaje de que en Puerto Rico somos ciudadanos americanos que tenemos unos derechos como los tienen los otros ciudadanos en otros estados”, precisa Ferrer.

También abunda sobre la importancia de que el Congreso reconozca el poder político con el que cuenta Puerto Rico a través de la diáspora puertorriqueña. Para hacerlo visible, se ha propuesto unificar esa diáspora, mantener contacto con ella y organizarla políticamente por Estado, de modo que puedan convertirse en un elemento de presión ante los congresistas, por medio del voto.

Ferrer también se opone tenazmente al proyecto de ley presentado por la Comisión de Recursos Naturales federal (HR 5278), que propone una Junta de Control Fiscal para Puerto Rico, principalmente porque la ley no propone o incluye ningún elemento o herramienta de desarrollo económico.

“Hemos tenido conversaciones con congresistas referente a ese asunto y esperamos que nuestros reclamos se atiendan porque la realidad es que si no tenemos desarrollo económico para el País y nuevos ingresos, no importa los recortes que se hagan, vas a tener el mismo problema”, asegura.

Por eso, otra meta principal como Comisionado sería unas enmiendas a las secciones 243 y 245 al Código de Rentas Internas Federal, “que lo que haría es que corporaciones que están en Puerto Rico clasificadas como forámenes, clasificarían como domésticas y en vez de repatriar los fondos hacia subsidiarias en Asia o Europa, podrían enviar los fondos directamente a Estados Unidos”.

Dichas enmiendas, según Ferrer, pondrían en posición de ganancia tanto a Estados Unidos como a Puerto Rico, porque llegarían millones de dólares en fondos al Tesoro Federal, al tiempo que las empresas podrían mantener sus depósitos en la Isla, abrir sucursales de la empresa, crear empleos y colocar al país en una posición competitiva a nivel mundial.

El automóvil se acerca al punto de encuentro de la caravana. Imágenes típicas del tipo de eventos comienzan a asomarse: las “tumba cocos” al frente, detrás varias pickup con tarima y una cola de varias decenas de autos con banderas del PPD que aún leen “Pan-Tierra-Libertad”.

El representante por acumulación desde el 2001 hasta el 2012, sube a una de las tarimas con la convicción de que con él no viajan fantasmas del pasado. Un caso de violencia doméstica puso en pausa su carrera política en su último año como representante, aunque el señalamiento nunca prosperó.

“Para mi ese es un asunto cerrado, nos ha tomado como familia un proceso de sanación, de defender a nuestro hijo y mantener siempre un respeto mutuo. Siempre hay alguien que va a decir algo, pero no le di la espalda al proceso, yo me sometí y el proceso culminó con una investigación cerrada por el propio sistema”, explica.

Respecto a la comunidad Lésbica, Gay, Bisexual, Transexual y Transgénero (LGBTT), Ferrer defendió su historial y reconoció, una vez más, que está a favor de los derechos que hasta el día de hoy se han otorgado a dichas personas.

“Yo creo que mi récord es claro. Yo fui uno de los primeros políticos en el país que de frente ha defendido y reconocido los derechos de la comunidad LGBTT, yo no tuve que esperar a que el Tribunal Supremo reconociera sus los derechos”, enmarcó el aspirante a la Comisaría Residente, al tiempo que añadió que como presidente del PPD fomentó la inclusión y participación de un representante de dicha comunidad dentro de la Junta de Gobierno del Partido, que se fundó bajo su presidencia la Asociación LGBTT dentro del PPD y que reclutó al primer legislador abiertamente homosexual como asambleísta del Municipio de San Juan.

La caravana va “jalda arriba”. En las calles ya se siente el ambiente político previo a elecciones. Todavía la gente se asoma por las ventanas y abre las puertas de sus casas, sacan una bandera y la agitan. También lanzan besos a los candidatos, colocan su puño en el corazón y luego los señalan como diciendo “yo voy a ti”. Las banderas llegan a las manos de varios niños y jóvenes que miran hacia Ferrer y otros candidatos del PPD, mientras siguen sentados en la baranda de un balcón o en la construcción a medias en el techo de una casa. En el transcurso también hay quien solo asoma el corazón de la mano y grita algún insulto en respuesta al saludo.

A su llegada al punto de culminación en Canóvanas, decenas de personas lo esperan, lo aclaman, lo abrazan. El aspirante a la Comisaría, quien recientemente anunció que está libre de cáncer -tras un proceso de tratamiento de radioterapia y quimioterapia durante aproximadamente ocho meses-, recibe las muestras de cariño, de apoyo ante la adversidad personal, pero también de respaldo político. Ferrer llega hasta la tarima, le alcanzan un micrófono y se dirige al público.

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