La práctica de velar cuerpos de una manera atípica sigue siendo una constante en las funerarias del país. Hoy le tocó el turno al “muerto en vela”, un joven de 26 años cuyos familiares solicitaron que fuera velado sentado, con cigarrillo en mano y con los ojos abiertos.
El joven identificado como Fernando de Jesús Díaz, de San Juan, murió el pasado viernes en Carolina tras ser herido de bala.
Su cuerpo es velado de forma inusual en la Funeraria Marín, en la calle Julio Andino en Río Piedras, indicó a Metro su propietaria, Damaris Rodríguez.
De acuerdo con Rodríguez, el cuerpo del joven fue entregado a la funeraria hace dos días por personal del Instituto de Ciencias Forenses.
La persona que embalsamó el cuerpo fue Luis Jiménez, el mismo que trabajó los casos del joven vestido de Linterna Verde, y más recientemente, al difunto de Barceloneta mientras jugaba póker.
Jiménez le dijo a este diario que el trabajo de embalsamamiento de De Jesús le tomó unas seis horas.
De una forma muy peculiar el cuerpo del joven aparece sentado, vestido con camiseta de manga larga, con un cigarrillo en la mano derecha, lleva gorra y espejuelos, y da la impresión de que te está mirando fijamente o, como dicen popularmente, “velándote”.
Este forma de velatorio ha tomado mucha notoriedad en la isla. El primero de ellos fue el sepelio de “El muerto parao” en el 2010 en la zona de Río Piedras. A este le han seguido “El muerto en motora”, “El muerto en ambulancia” y el de una anciana en su mecedora.