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¡Hola amigos! Hoy les cuento cómo hacer leche de avena. Si algunos de ustedes les pasó como a mí, que la usaban hasta que un buen día a el que compra en el supermercado se le ocurrió dejar de traerla, este es un buen momento para retomar el hábito.
Es que las últimas semanas han sido de puros desarreglos, entre el cumpleaños de la chica y el fin de semana de Pascua en el que hice un banana chocolate cake con icing de nutella para pasar los días. Así que ya esta semana estamos de nuevo cayendo en rutina. Decidí hacer esta leche que hace tiempo no tomábamos para usarla en los smoothies, cereales y por supuesto mi chocolate caliente de las mañanas.
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Para que se animen, los beneficios de esta leche son muchísimos. Es baja en grasa y por supuesto libre de lactosa. Si se usan granos no contaminados, es también una alternativa libre de gluten. Tiene una alta cantidad de calcio, vitaminas B y fibra. Pero sus dos beneficios mayores son que ayuda a mantener el sistema nervioso y, al igual que la avena, ayuda a bajar el colesterol. De eso podemos dar fe en esta casa.
A diferencia de otras recetas de leche de avena que son más aguadas, esta que hago es bastante cremosa porque no me gusta la idea de una leche demasiado líquida. Para hacerla solo necesitas los granos de avena, una licuadora y algunos ingredientes adicionales para darle sabor, estos los puedes variar a gusto. Yo estoy haciendo la receta con miel pero puedes endulzarla con sirop maple o azúcar. Le puedes añadir coco rallado al remojarla y después molerlo todo junto. Si quieres algo más decadente le puedes añadir cacao en polvo sin endulzar. ¡Salud!
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Leche de avena
Equipo – licuadora, colador de mano grande, bowl grande
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Tiempo total – 5 minutos más 8 horas adicionales para remojar los granos
Granos de avena “old fashioned” (no instantánea) – 2 tazas
Agua destilada – 4 tazas + adicional para remojar
Sal fina de mar – ½ Cdta
Miel – 3 Cdtas
Azúcar natural – ¼ Cdta
Canela – ½ Cdta
Extracto de vainilla – ½ Cdta
Cubre los granos de avena con agua. Déjalos remojar mínimo 8 horas o durante la noche.
Pasa los granos a un colador de mano grande sobre un bowl o en el fregadero para que el agua se escurra, y enjuaga los granos con agua fría para eliminar el residuo gelatinoso que les queda. Pásalos a la licuadora y añade el resto de los ingredientes. Licua por varios minutos, hasta que la mezcla se vea líquida y sin granos grandes.
Coloca el colador sobre un envase mediano o grande. Vierte la leche por el colador. Pásala a envases de cristal cerrados y disfruta de 4 a 5 días.
