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Estudiantes llevan alegría a la cárcel de mujeres

Sorpresa, alegría y emoción; eso fue lo que experimentaron los hijos de las confinadas de la Escuela Industrial de Mujeres de Vega Alta cuando de forma inesperada aparecieron los personajes de la película animada Madagascar para convertir un domingo de visita común y corriente en uno lleno de diversión.

La visita del león Alex, la jirafa Melman y la hipopótamo Gloria, en compañía de un mono y una linda gatita, surgió como parte de una campaña denominada “Sonrisas 100×35” de la Sororidad Mu Alpha Phi que tiene como propósito brindarle alegría a niños que viven escenarios especiales ya sea por asuntos relacionados a sus familias o por condición de salud, incluyendo los que se encuentran recluidos en algún hospital de Puerto Rico.

“La alegría lo cura todo, desde un dolor físico hasta uno del corazón.  No existe nada más gratificante que poder dibujar una sonrisa en el rostro de un niño.  Esto es aún más especial cuando se logra en un niño que se encuentra viviendo lejos de su mamá.  Nuestra misión es contagiarlos con nuestra magia y llevarnos esos lindos recuerdos con nosotras”, indicó Jennifer Vicente, presidenta del Capítulo Delta de la Sororidad, mediante comunicación escrita.

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Según indicó, esta organización es una institución sin fines de lucro, fundada en el 1927, que agrupa a mujeres; estudiantes universitarias, amas de casa y profesionales, con el objetivo de desarrollar líderes en el campo social, deportivo, cultural y benéfico.

“Toda actividad que propicie la integración familiar es bienvenida en el DCR. Una herramienta clave en la rehabilitación de la población confinada es recibir el apoyo de sus familiares. En este caso para las confinadas hemos abierto nuevos espacios para que tengan ese contacto directo con sus hijos en el momento de la visita. Agradezco a la Sororidad Mu Alpha Pi por su aporte a la rehabilitación”, destacó el secretario del DCR, José R. Negrón Fernández.

Los personajes son protagonizados por jóvenes universitarias que viajan desde San Germán a diferentes partes de la Isla donando su tiempo como parte de su compromiso con los niños y jóvenes de Puerto Rico.

“Puerto Rico es una isla de 100×35, pequeña en tamaño pero grande en corazón.  Hoy nos solidarizamos con las mujeres que se encuentran en esta Institución porque creemos en su rehabilitación, creemos en segundas oportunidades y en que cuando una persona se lo propone puede seguir adelante.  Por esa razón quisimos compartir con ellas y sus hijos un domingo distinto a todos los demás”,  añadió la joven quien es  estudiante de enfermería de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Mayagüez.

Durante las visitas de los pintorescos personajes, que comenzaron el pasado diciembre y que han llevado alegría a niños de Mayagüez, San Germán, Ponce, Arecibo y pueblos limítrofes,  se le brindan a los menores libros de pintar, globos y otros artículos educativos.

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