La campaña “Isla Estrella” tiene como propósito comunicar el gran talento puertorriqueño que nace y florece dentro de los limitados confines de nuestro terruño caribeño. Nos recuerda que somos un país pequeño, de mentes y corazones inmensos. Reactivar nuestra economía y atraer inversión y capital hace necesario que le llevemos ese mensaje al mundo. Y para poder hacerlo, tenemos que estar convencidos aquí de esa grandeza.
La primera etapa de la campaña transmite en Puerto Rico precisamente ese posicionamiento de
la nueva imagen del país ante inversionistas y turistas. La segunda etapa, que se develó esta semana,
desdobla el mensaje central de la campaña en la promoción turística de la Isla.
Para algunos, la pauta es un intento por barrer bajo la alfombra los problemas del país. Optan
estas personas por enfocar en lo negativo. Sin duda, la crítica es necesaria —obligada— en una democracia. La campaña, sin embargo, no pretende venderle al público un Puerto Rico perfecto.
Solo nos recuerda de lo que somos capaces.
Parecería que estas mismas personas quisieran que lo negativo fuera la cara de Puerto Rico
que se le presentara al mundo, estrategia evidentemente contraproducente y que no abonaría a la
recuperación del país. Yo, en cambio, opto por el optimismo. Opto por recordar que hemos hecho grandes cosas como individuos y como pueblo. Opto por pensar que hay un futuro para Puerto Rico en el mundo y para los puertorriqueños en nuestra nación.
Dicho esto, la situación económica que todavía viven muchas familias, tras cerca de una década de contracción económica, es una triste realidad. Los esfuerzos del gobernador Alejandro García Padilla y de todas las agencias bajo la sombrilla del Departamento de Desarrollo Económico están dirigidos a la recuperación económica de Puerto Rico para así detener y revertir la fuga de ese talento que nos distingue.
Como puertorriqueños, tenemos que apostar a nuestra inventiva y capacidad creadora. Nuestro
recurso principal lo somos nosotros. Rendirnos ante el infortunio, ensimismarnos en la crítica,
identificar solo los problemas; esa no es la hoja de ruta hacia la recuperación. Enfrentemos con posibilismo el futuro. Visualicemos un mejor mañana. Apoyemos esta iniciativa por comunicarle al mundo nuestra promesa.
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